Joe Biden aspira a ocupar la Casa Blanca para salvar «el alma» de Estados Unidos

Carlos Pérez Cruz WASHINGTON | E. LA VOZ

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JONATHAN ERNST | Reuters

El exvicepresidente con Barack Obama anuncia su candidatura a las elecciones del 2020 para batir a Donald Trump: «no puedo quedarme a esperar a ver qué pasa»

25 abr 2019 . Actualizado a las 21:35 h.

Joe Biden dio el paso. Con él son ya 20 los demócratas que se han propuesto batir a Donald Trump. Para Biden es casi una obligación moral. «Creo que la historia recordará los cuatro años de este presidente y todo lo que él abraza como un momento aberrante. Pero si damos a Donald Trump ocho años en la Casa Blanca, alterará para siempre y de forma fundamental el carácter de esta nación, quiénes somos. Y no puedo quedarme a esperar a ver qué pasa», relata en el vídeo de anuncio de campaña.

Para el exvicepresidente con Barack Obama, es «una batalla por el alma de esta nación». Una lucha contra el mal, encarnado por Trump. A sus 76 años, Biden aspira a ser el presidente de más edad de la historia del país. Le supera por un año el también candidato Bernie Sanders. Ambos son hoy los mejor posicionados según las encuestas, aunque representan dos visiones encontradas. El uno, la centralidad de ese establishment que quiere recuperar el mando de Washington. El otro, el giro hacia la izquierda que se palpa en las bases del partido. Trump tiene mote para los dos: Crazy Bernie (el loco de Bernie) y Sleepy Joe (soñoliento Joe).

El presidente Trump dio su particular bienvenida a Joe Biden, a quien le previno en Twitter sobre la «desagradable» campaña de primarias que le espera, rodeado de personas con ideas «enfermas y dementes». En su característico estilo faltón, Donald Trump puso en duda su «inteligencia» para ser capaz de llevar a buen puerto la candidatura. Será el tercer intento de Biden después de su fiasco en 1988 y el 2008. Trump dispara, aunque comparte con Biden al menos tres cosas: ambos son abstemios, están en su salsa cuando ignoran el guion y tienen tendencia al maquillaje de la verdad (cuando no a la mentira). Y a Biden le espera una campaña con el pasado regresando cual bumerán, como cuando retiró su candidatura a las presidenciales de 1988 después de plagiar un discurso ajeno. Su famosa locuacidad (fue tartamudo en la infancia) le ha dado más de un disgusto, así como su tendencia a la proximidad y al excesivo contacto físico con sus interlocutores, denunciado recientemente por varias mujeres.

Historial complejo y polémico

Bien valorado por muchos de los grandes donantes demócratas, Biden tiene un historial complejo y polémico. Impulsó en los 90 una reforma penal que creó una crisis de encarcelamiento masivo y como presidente del Comité Judicial del Senado tuvo en 1991 un papel fundamental en la absolución del juez Clarence Thomas de las acusaciones de acoso sexual de Anita Hill, lo que allanó su camino hacia el Supremo. La presidencia, una aspiración desde su juventud, culminaría con éxito una carrera en Washington que inició, con 29 años, como uno de los senadores más jóvenes de la historia.