Trump supera las 10.000 mentiras desde que accedió a la Casa Blanca

carlos pérez cruz WASHINGTON / E. LA VOZ

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Trump llegó a decir 45 mentiras o incorrecciones en una charla de 45 minutos
Trump llegó a decir 45 mentiras o incorrecciones en una charla de 45 minutos JONATHAN ERNST | Reuters

El presidente acumula al día una media de 23 declaraciones falsas o incorrecciones

30 abr 2019 . Actualizado a las 10:44 h.

Érase una vez un hombre al que precedía su nariz. Prodigioso con la mentira, llegó a presidente de Estados Unidos. Conforme avanzaba su mandato, chapoteaba cada vez más en las falacias, feliz como un niño en una charca. Día tras día, veía más lejos la punta de su nariz. El niño se llamaba Donald Trump.

Como cuento tendría un pase, pero como realidad es preocupante. El presidente estadounidense superó el pasado 26 de abril la barrera de las 10.000 declaraciones falsas o incorrectas desde que asumió la presidencia en enero del 2017, según la contabilidad The Washington Post. El diario de la capital, que cuenta en pinochos las declaraciones del presidente y otros líderes políticos, no da a basto con Trump. Si tardó 601 días en llegar a las 5.000, desde entonces ha invertido tan solo 226 para duplicar esa cifra. Siete meses a un ritmo de 23 mentiras al día. En términos históricos, la más repetida es que se ha empezado a construir su muro con México: 160 veces.

Nada hacía prever semejante alud de falsedades durante los primeros cien días de mandato. Entonces, sumaba cinco a diario. De haber mantenido el ritmo, hubieran sido 7.000 en cuatro años de mandato. Pero se ha desatado. En su canal de televisión favorito, Fox News, Trump navegó hace tan solo unos días a velocidad de crucero: 45 mentiras en 45 minutos de charla. Una por minuto. Y entre el 25 y el 27 de abril, 171 en Twitter. Más que en cualquier mes de los primeros cinco de su mandato.

¿Es efectiva la mentira? Según reflexionó en la radio pública estadounidense el filósofo Jason Stanley, autor del libro ¿Cómo funciona la propaganda?, «lo que convence a las masas no son los hechos, ni siquiera los hechos inventados, sino desafiarlos abiertamente». Y Trump los desafía de continuo. En ocasiones, de forma obscena, como cuando asegura que los demócratas aprueban leyes de aborto que permiten acabar con la vida del bebé una vez nacido. Se llama infanticidio y es ilegal en todo el país. En sus mítines nadie se echa las manos a la cabeza. Le aplauden.

Pulso con el Congreso

La culminación de la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre el Rusiagate es uno de los factores que ha disparado el contador de Trump que, irónicamente, tacha de falsos muchos de los testimonios ofrecidos a los investigadores bajo juramento por actuales y antiguos asesores de la Casa Blanca. Aunque celebró sus conclusiones, el presidente estadounidense está entorpeciendo la investigación del Congreso sobre el capítulo que Mueller dejó abierto: el de la obstrucción a la justicia.

Con Donald Trump poniendo trabas a las citaciones del Comité Judicial de la Cámara de Representantes, el último en sumarse a las objeciones es el fiscal general, William Barr, que está previsto que declare este próximo jueves sobre las conclusiones del informe de Mueller. Barr se opone al formato propuesto y amenaza con no acudir. Los demócratas quieren incluir preguntas de los abogados del comité, no solo de los congresistas. No es lo habitual, pero tampoco resulta inédito. El día antes declarará ante un comité del Senado, donde los republicanos tienen mayoría.

Quien tiene claro que hay sobrados elementos para investigar al presidente de EE.UU. por obstrucción a la justicia es Sally Yates, adjunta al fiscal general en tiempos de Barack Obama, despedida por su sucesor apenas días después de llegar a la Casa Blanca. «Creo que si no fuera el presidente de Estados Unidos estaría probablemente imputado por obstrucción», declaró a la NBC. Según Yates, en sus casi 30 años como fiscal, «he procesado casos de obstrucción con mucha menos evidencia» que el de Donald Trump. El Departamento de Justicia tiene como doctrina no imputar a un presidente mientras se encuentre en el ejercicio de sus funciones.