Portugal ya cultiva cannabis para uso medicinal

m. otero REDACCIÓN / LA VOZ

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RAFAEL MARCHANTE

España no aprueba este empleo, pero ha autorizado a una empresa su producción para otros países

26 jul 2019 . Actualizado a las 13:05 h.

El año pasado el parlamento portugués aprobó por mayoría (con el voto en contra del derechista CDS) el uso terapéutico del cannabis. La pasada semana la empresa canadiense Tilray inauguró en la ciudad de Cantanhede la primera planta de cannabis medicinal en el país, con una inversión de 20 millones de euros y el objetivo de abastecer al resto de la Unión Europea, tanto a pacientes como a farmacias e investigadores.

Las instalaciones cuentan con un invernadero de más de dos hectáreas y una planta de procesado de cannabis, y la empresa canadiense pretende superar las 60 toneladas de producción, por lo que ha generado algo más de un centenar de puestos de trabajo. Brendan Kennedy, consejero delegado de Tilray, aseguró que esta expansión empresarial obedece al cambio que experimentan varios países de la región para autorizar el uso de cannabis con fines medicinales.

El cultivo de la planta de Cantanhede, en el norte de Portugal, será interior, exterior y de invernadero. La planta cuenta con un laboratorio interior y un banco de genética, y desde las instalaciones, una vez procesado, el cannabis medicinal se distribuirá a varios países, entre los que destaca Alemania, su principal mercado, ya que en ese país fue regularizado su uso con fines terapéuticos a principios de 2017.

El uso interno es otro de los objetivos de la producción, ya que con la nueva ley en Portugal, el uso del cannabis medicinal es legal para tratar dolencias como la epilepsia o el dolor crónico asociado al cáncer, aunque de momento no se comercializa porque ninguna farmacéutica lo ha solicitado. En otros países, como Estados Unidos, Canadá, Irlanda e Italia, también está regulado el uso terapéutico del cannabis.

En España, su utilización terapéutica está regulada mediante receta médica, pero no existe de momento una legislación aprobada sobre este tema. La Agencia del Medicamento rechaza su uso medicinal, aunque sí que ha aprobado su cultivo y producción por parte de la empresa española Linneo Health, para su exportación.

El uso del cannabis con fines medicinales aprobado en Portugal ha sido recibido con escepticismo entre parte de la comunidad médica lusa, que considera que no hay suficientes evidencias científicas que prueben sus beneficios sobre algunas de las enfermedades susceptibles de tratamiento con esta droga.

La Autoridad Nacional de Medicamentos y Productos de Salud portuguesa (Infarmed) aprobó el uso del cannabis medicinal en siete tratamientos de enfermedades graves, mientras que tanto el Colegio de Médicos como el de Farmacéuticos lusos han manifestado sus reservas sobre algunos de ellos.

Este tipo de medicamentos, que solo se pueden prescribir cuando los tratamientos convencionales no hayan producido los efectos deseados, están autorizados para los espasmos asociados a la esclerosis múltiple o lesiones en la médula espinal y para los dolores crónicos por enfermedades oncológicas o del sistema nervioso.

También se pueden tratar con cannabis medicinal las náuseas o vómitos resultantes de la quimioterapia, radioterapia o tratamientos combinados contra el VIH y la hepatitis C, el glaucoma resistente a terapia y el síndrome de Gilles de la Tourette, un transtorno neuropsiquiátrico sin cura que provoca tics.

Está también contemplado como remedio para estimular el apetito en los cuidados paliativos de los pacientes sometidos a tratamientos oncológicos o contra el SIDA y para la epilepsia grave en la infancia.