Facebook podría tener más usuarios muertos que vivos a finales de este siglo

b. pallas REDACCIÓN / LA VOZ

ACTUALIDAD

Un estudio de Oxford subraya los desafíos que supone conservar los perfiles de fallecidos

03 may 2019 . Actualizado a las 13:28 h.

Las futuras generaciones no buscarán en el trastero los viejos recuerdos de sus antepasados. Con solo abrir las redes sociales podrán ver de primera mano quién era el bisabuelo, qué fotos publicaba y qué hacía en su tiempo libre. Según el Instituto de Internet de la Universidad de Oxford, los perfiles digitales de hoy serán las lápidas recordatorias del futuro. Y a finales de este siglo los usuarios muertos llegarán a superar a los vivos o estarán muy cerca de conseguirlo.

Que las redes sociales actuales se convertirán en enormes cementerios en Internet lo certifica un estudio sobre el impacto de la muerte en la Red desarrollado por este organismo de la universidad británica y que se ha centrado en el caso particular de Facebook con el fin de estudiar el crecimiento potencial de los restos digitales a lo largo de este siglo. Según sus estimaciones, si la plataforma sigue creciendo en número de usuarios un 13 % cada año podría alcanzar los 4.900 millones de perfiles antes del año 2100. En este supuesto, el equilibrio entre usuarios vivos y muertos se alcanzaría en las primeras décadas del siglo XXII.

Otro supuesto barajado por el estudio contempla un mantenimiento del número de usuarios activos similar al del 2018 (en torno a 1.430 millones) y calcula que unos 1.400 millones morirán de aquí al año 2100. En ese caso, los muertos superarían a los vivos en el año 2070.

«En ambos casos, la mayoría de los perfiles pertenecerán a usuarios no occidentales», señala el estudio de Oxford, que hace hincapié en «los desafíos que surgen» de conservar las cuentas de los muertos. «Un enfoque exclusivamente comercial hacia la conservación de datos supone importantes riesgos éticos y políticos que requieren una consideración urgente», subrayan, así como una correcta dimensión de su alcance.

En España, la ley orgánica de Protección de Datos y Garantía de Derechos Digitales del pasado mes de diciembre es la que aborda con carácter general las disposiciones en materia de testamento digital. «Cualquier heredero o albacea puede acceder directamente a los perfiles de una persona fallecida y las plataformas deben facilitar el acceso con la debida acreditación que certifique el fallecimiento y la condición de heredero, excepto en el caso de que la persona hubiera dejado dispuesta expresamente su negativa a que se pueda acceder a esa información», explica Víctor Salgado, abogado especializado en derecho TIC y profesor en la Universidade de A Coruña. De acuerdo a lo establecido por la ley, los herederos podrán tener acceso a los contenidos digitales del fallecido, como correos electrónicos y perfiles en redes sociales, para cerrarlos, cancelarlos o mantenerlos como un memento de la persona muerta sin suplantar nunca su identidad.

En el caso de que nadie tenga conocimiento de las contraseñas privadas, «las plataformas deberían habilitar un procedimiento específico para dar acceso» a quienes se acrediten de forma oficial como herederos.

Una vez que el propietario ha fallecido, los contenidos de las redes sociales adquieren la condición de información y no de datos personales y, por esta razón, dejan de estar protegidos por el reglamento que protege la privacidad.

Ante la novedad que suponen todos estos procedimientos, Víctor Salgado señala que «no existe conciencia de los problemas que pueden generar en el caso de bienes digitales que se pierden». Así ocurre, por ejemplo, con las personas fallecidas que son propietarias de criptomonedas, ya que estas están protegidas por una clave criptográfica imposible de desbloquear sin autorización del propietario. El abogado experto en tecnologías digitales subraya la importancia «incluir en los testamentos los bienes digitales, las claves y las contraseñas».