Las citas con la «oposición» dan ventaja táctica a Sánchez en la carrera del 26M

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, citó el próximo lunes 6 al líder del PP, Pablo Casado, y el martes 7 a los de Ciudadanos, Albert Rivera, y de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, al objeto de «analizar la situación política» derivada de los resultados en las urnas del 28A. En la imagen, los cuatro posan antes del debate electoral en Atresmedia
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, citó el próximo lunes 6 al líder del PP, Pablo Casado, y el martes 7 a los de Ciudadanos, Albert Rivera, y de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, al objeto de «analizar la situación política» derivada de los resultados en las urnas del 28A. En la imagen, los cuatro posan antes del debate electoral en Atresmedia JuanJo Martín | EFE

El presidente en funciones fuerza una ronda de consultas a pocos días de iniciarse la campaña de las municipales, autonómicas y europeas, mientras el rey aplaza la suya

04 may 2019 . Actualizado a las 09:31 h.

La decisión del presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, de convocar en la Moncloa entre el próximo lunes día 6 y el martes 7 a los dirigentes del PP, Pablo Casado, Ciudadanos, Albert Rivera, y Unidas Podemos, Pablo Iglesias, para «analizar la situación política» tras las elecciones generales, y la disposición positiva mostrada por estos tres dirigentes, supone una anomalía que interfiere en la campaña electoral de los comicios municipales, autonómicos y europeos que comienza el 10 de mayo, solo 3 días después. Estas citas, que excluyen a Vox, quinta fuerza, refuerzan la imagen presidencial de Sánchez, que constitucionalmente ejerce en este momento unas funciones limitadas.

La decisión de PP, Cs y Unidas Podemos de acceder a esta especie de ronda de consultas de cara a la investidura, que puede dar la impresión de suplir el papel que la Constitución otorga en exclusiva al rey, perjudica y condiciona a los candidatos de estos tres partidos, que arrancan la campaña viendo ya cómo los líderes nacionales plantean sus posibles acuerdos a Sánchez, dando por hecho que presidirá el Gobierno. Ni Casado, ni Rivera ni Iglesias han declinado la invitación y los tres anuncian que llevarán sus propuestas a la Moncloa.

Las reuniones resultan más improcedentes si se tiene en cuenta que el propio jefe del Estado tiene previsto posponer su ronda de consultas hasta después de las elecciones del 26 de mayo precisamente para evitar una intromisión en ambos procesos electorales. El 21 de mayo se constituyen las Cortes. El nuevo presidente o presidenta del Congreso es el encargado de trasladar al monarca la nueva composición de las dos Cámaras. Y, a partir de ahí, es el propio rey el que elige los días para citar a los representantes políticos. En esta ocasión, ese proceso podría retrasarse hasta el mes de junio.

Un rol que compete a Felipe VI

Es habitual que los partidos celebren contactos previos antes de presentarse ante el rey, pero estos no han tenido nunca lugar a tres días de que comience otra campaña electoral, y tampoco se les ha dado un carácter público, con presencia de cámaras y medios, como se pretende hacer ahora. El mecanismo utilizado por Sánchez, citando a los tres líderes en la Moncloa sin comunicárselo previamente, y en orden de mayor a menor, puede dar la imagen de que el presidente del Gobierno en funciones está asumiendo un papel que le corresponde solo a Felipe VI.

Esa sensación se ve agrandada por el hecho de que el secretario de organización del PSOE, José Luis Ábalos, haya dicho que espera que tanto PP como Ciudadanos aclaren ante Sánchez si van a contribuir o no al gobernabilidad de España, «más allá de la propaganda y teniendo en cuenta que estamos en un período electoral», y también que justificara la exclusión de Vox diciendo que no es «una fuerza para iniciar conversaciones para el entendimiento institucional», dando a entender que sí puede haberlo con PP y Ciudadanos. Unas palabras con las que el Gobierno y el PSOE pretenden condicionar a Casado y a Rivera, haciéndoles copartícipes de su estrategia de rechazar las presiones de Unidas Podemos, que insiste en exigir a Sánchez su entrada en un Gobierno de coalición, planteamiento que el líder del PSOE quiere evitar a toda costa. «Esperamos que el PSOE no esté negociando una investidura o un Gobierno con la derecha», dijo Iglesias, que antes de acudir a la Moncloa reúne el lunes al consejo ciudadano de Podemos.

El precedente de Rajoy

Tras las elecciones del 20 de diciembre del 2015, Mariano Rajoy citó también en la Moncloa a Pedro Sánchez el día 23, en una reunión que se saldó en quince minutos tras la negativa rotunda del líder del PSOE a facilitar la gobernabilidad, y una semana después, el día 28, a Albert Rivera y a Pablo Iglesias. Pero entonces no había elecciones municipales y autonómicas a la vuelta de la esquina. La ronda de consultas del rey comenzó el 18 de enero del 2016. Al no conseguirse la investidura de candidato alguno, los comicios se repitieron y, tras una nueva victoria de Rajoy, esos encuentros tuvieron lugar ya en el Congreso.