«Las cloacas existirán siempre. El que diga lo contrario miente y lo sabe»

Francisco Espiñeira Fandiño
FRANCISCO ESPIÑEIRA REDACCIÓN / LA VOZ

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El Lobo, que ahora se dedica a las guerras económicas, alerta de un retorno de ETA a las armas

07 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Mikel Lejarza (Vizcaya, 1974) aprovechó la convalecencia de su operación a corazón abierto del pasado noviembre para ajustar cuentas con su pasado y contar en primera persona algunos de los episodios más importantes de su vida como infiltrado. El Lobo, como era conocido, cambió de rol tras la desarticulación de ETA y en los últimos 18 años. «Son los peores años de mi vida. Estoy en las guerras económicas. Pero me he acostumbrado a vivir en negro y cobrando en sobres del servicio secreto», ríe .

-¿Las cloacas del Estado existen?

-Por supuesto. En España y en cualquier país serio que se precie. Existirán siempre y el que diga lo contrario miente y lo sabe.

-¿Qué opina de Villarejo?

-El agente negro, como yo, está en todas las organizaciones. Luego, hay otros a los que, por los motivos que sea, el poder les da placas, medios e influencia y la utilizan en beneficio propio hasta que le estalla. Claro que no me gusta. A mí me han acusado de todo, pero, cuando trabajas para el Estado, tu única ideología tiene que ser servir al Estado.

-Como experto en el mundo de ETA, ¿volverán a las armas?

-Si ven una posibilidad de rentabilizar la lucha armada, seguro. Aunque ahora ya están a las puertas de entrar en el Gobierno. El Congreso es como un arma con licencia. Pero un fenómeno como el Nuevo IRA es posible. También hay riesgo en Cataluña de un estallido violento. El primer muerto es el último escollo. Cuando haya uno, será imparable.

-En el libro relata cómo ayudó a desmantelar el Exército Guerrilheiro do Pobo Galego Ceive.

-Fue por casualidad. En Francia me encontré con Emilio Goitia y su hermano, que eran los responsables de la zona norte de ETA. Me dijeron que venían a Galicia. Avisé a los míos, los siguieron y detuvieron a toda la cúpula. Años más tarde me encontré en Madrid con un marchante de arte que había sido detenido en la operación y no me reconoció.

-¿Y el yihadismo?

-Eso es imposible de controlar. Los manejan con motivos religiosos. A todos nos manejan intereses ajenos, ahora los de la gran banca internacional que quiere romper Europa, pero cuando alguien decide inmolarse por motivos de fe, es realmente imposible de localizar y detener.

«Lo peor son los supuestos amigos que casi le cuestan la vida», afirma Fernando Rueda

El veterano periodista Fernando Rueda (Madrid, 1960) es uno de los grandes expertos en los servicios secretos españoles. Presume de ser amigo de Mikel Lejarza y asegura que «cuando te acostumbras a ser amigo de un agente negro, todo lo que empieza siendo extraordinario acaba siendo normal».

Redactar las memorias íntimas de El Lobo, que es lo que pretende ser Yo confieso. 45 años de espía, no fue fácil. «Nos reunimos varias veces en lugares diferentes porque Mikel entendió que había llegado el momento de explicar cómo se sentía. El libro es muy real, reconoce no solo los aciertos, sino también los errores. Y eso es lo que humaniza al personaje. Hay gente que no le perdona su trabajo, pero él solo cumplía con su deber», explica.

Rueda asegura que no hay ánimo de revancha. «Mikel sigue cobrando en sobres de los servicios secretos. No tiene derecho a seguridad social y seguirá haciendo lo que sabe», apunta.