Noémi Csaba: «La nanotecnología permitirá vacunas libres de agujas»

Raúl Romar García
r. romar REDACCIÓN / LA VOZ

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USC

Podrán administrarse por vía nasal u oral, algo de lo que hablará hoy en una charla en el Muncyt de A Coruña

15 may 2019 . Actualizado a las 23:51 h.

¿Vacunas sin agujas? Ya existen en algunos casos, pero su popularización dependerá del trabajo de científicos como Noémi Csaba (Budapest, 1975), investigadora en el CIMUS de la Universidade de Santiago y con más de 15 años de experiencia en el diseño de sistemas de liberación de fármacos y antígenos mediante el uso de nanotecnología. Inventora de seis familias de patentes internacionales en este campo, hoy hablará de ello (19,30 horas en el Muncyt de A Coruña) en una charla organizada por la Fundación CorBi.

-¿En qué medida la nanotecnología ayuda al diseño de nuevas y mejores vacunas?

-Un punto muy importante es la termoestabilidad, porque la gran mayoría de las vacunas actuales tienen que almacenarse en neveras a cuatro grados. Esto en España no parece un gran reto, pero en países en vías de desarrollo mantener la cadena de frío, que se necesita durante el transporte y el almacenamiento para no perder la eficacia de la vacuna, es un problema de logística importante.

-¿Y se podrán crear vacunas que se administren sin pinchazos?

-Trabajar con sistemas de tamaño nanométrico puede dar lugar al desarrollo de vacunas libres de agujas, en el sentido de que con el pequeño el tamaño que tienen los nanotransportadores podríamos atravesar barreras biológicas como la mucosa nasal o intestinal.

-¿Podrían administrarse como un fármaco o una pastilla?

-Podría ser una suspensión oral, un parche o una formulación de dosificación para la vía nasal u oral en una cápsula, de tal modo que después permitiría la liberación del medicamento en el intestino delgado, por ejemplo.

-¿Está hablando de algo lejano, o no tanto?

-Todo lo que estamos desarrollando aún tienen que ser validado y pasar por los ensayos clínicos. Pero, en general, sí que ya hay una vacuna nasal para alguna cepa de la influenza y para la poliomelitis, aunque la inmensa mayoría son inyectables, por lo que hay bastante margen de mejora. Las inyectables tienen el problema de que para fabricarse necesitan unas estrictas condiciones de esterilidad, lo que supone un coste muy elevado, pero para las que se administren por vía nasal u oral no es necesario. Las inyectables también requieren personal sanitario experto para poder administrarlas, pero si fueran nasales u orales podrían aplicarlas los voluntarios que trabajan en países en desarrollo.

-¿Podríamos tenerlas, por ejemplo, en diez años?

-Podría ser, pero para ello no solo hay que tener en cuenta los aspectos regulatorios relacionados con la seguridad y eficacia, sino también el precio. No pueden ser mucho más caras que las vacunas actuales, y este es aún uno de los puntos que tenemos que solucionar. Es una barrera muy importante para llevar nuestros hallazgos a la clínica y al mercado.