La UE entierra el bipartidismo y los grandes bloques tendrán que pactar

Cristina Porteiro
CRISTINA PORTEIRO BRUSELAS / CORRESPONSAL

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Un grupo de activistas desplegaron una bandera ante la sede del Parlamento Europeo en Bruselas con motivo de la convocatoria electoral
Un grupo de activistas desplegaron una bandera ante la sede del Parlamento Europeo en Bruselas con motivo de la convocatoria electoral BART BIESEMANS | Reuters

La ultraderecha avanza en la Eurocámara pero se queda sin poder de bloqueo

28 may 2019 . Actualizado a las 08:07 h.

La historia de la Unión Europea ya no se escribirá solo en azul y rojo. Por primera vez en 40 años, el bipartidismo es incapaz de sumar la fuerza suficiente para lograr una mayoría (376 escaños) en la Eurocámara. El hemiciclo multicolor anticipa inestabilidad, pero también consensos y coaliciones multipartidistas. Esos pactos, más programáticos que ideológicos, se están cociendo en las cancillerías europeas, ahora que se acerca el momento de repartir los altos cargos de la UE.

Los líderes europeos se reúnen hoy en Bruselas para dar el pistoletazo de salida al mercadeo de puestos. Los equilibrios son más complejos que nunca. Sobre la balanza de cada candidato se tendrá en cuenta la fuerza de su partido, su origen, su género y la experiencia ejecutiva que atesora.

GRAN COALICIÓN

La obligación de reinventarse. La primera lectura que se puede extraer de los comicios es que el bipartidismo ha pasado a la historia. Los europeos han castigado en conjunto a los partidos tradicionales. Los conservadores (PPE) solo mantendrán 180 escaños de los 221 de la anterior legislatura. Los socialdemócratas (S&D) también experimentan un descenso desde los 191 escaños a los 146. La suma no llega, así que la gran coalición, duramente castigada en países como Alemania, tendrá que extender la mano a otras familias políticas europeístas.

LIBERALES Y VERDES

Claves para gobernar. «He trabajado en los últimos años rompiendo monopolios y esto es lo que han hecho los votantes, romper el monopolio del poder», exclamó tras la noche electoral la comisaria de Competencia y candidata liberal, Margrethe Vestager. La danesa dio en el clavo al definir el estado actual de la política. Su familia, refugio para el votante descontento con los partidos tradicionales, ha irrumpido con la suficiente fuerza en la Eurocámara como para convertirse en clave de gobierno. Gracias, en buena medida, a los 21 escaños de la plataforma LREM del presidente francés, Emmanuel Macron.

Vestager no quiso revelar sus preferencias a la hora de pactar, pero dejó claro que exigirán una «composición diferente de liderazgo en las instituciones», donde los liberales no ocupan ninguno de los grandes cargos de las instituciones comunitarias: Consejo, Parlamento, BCE, y la más codiciada, la Comisión.

La marea verde

Grupo bisagra. En la pugna también entrarán los Verdes, quienes aspiran a ser un grupo bisagra. Arrollaron en Alemania (segunda fuerza) y cosecharon un éxito notable en países como Holanda y Francia. ¿Saldrá caro su apoyo? «Son varios los Gobiernos que podrían enviar comisarios ecologistas», dejó caer ayer uno de sus candidatos, Philippe Lamberts. Con la calculadora en la mano, la suma de las fuerzas progresistas (socialdemócratas, liberales, ecologistas y la izquierda radical) no llega para designar a un candidato alternativo al conservador Manfred Weber para la Comisión Europea. A no ser que dentro de la propio PPE haya voces discordantes por su perfil de halcón. El alemán teme por su cetro. Tanto, que se muestra dispuesto a pactar con quien sea: «Los Verdes pueden ser posibles socios. Los socialdemócratas, los liberales también. Lo importante es que haya un entendimiento mutuo», sugirió para defender su candidatura de los ataques de propios y ajenos.

ULTRADERECHA

La familia crece. La extrema derecha y los eurófobos avanzan con voracidad en la Eurocámara. De los cinco grandes partidos en el hemiciclo, cuatro suponen una amenaza para la UE. El Partido del Brexit, de Nigel Farage, es el más poderoso. Encabeza la lista con 29 escaños, los mismos que la CDU de la canciller alemana, Angela Merkel. En tercera posición se queda la xenófoba Liga Norte italiana (28 asientos). El partido de Matteo Salvini aspira a liderar la familia de ultraderecha, pero Farage podría arrebatarle la corona.

Los polacos eurófobos del PiS se alzan con el cuarto puesto (23 escaños), seguidos de la ultraderechista Reagrupación Nacional francesa, el antiguo Frente Nacional, al mando de Marine Le Pen. A pesar del zarpazo que han asestado a la Eurocámara y los tiempos de broncas y escándalos que están por venir, la familia de extremistas (agrupadas en el grupo parlamentario ENL) no puede bloquear la institución, como aspiraba a hacer. Ni siquiera con la reciente incorporación del AfD alemán (11 escaños).

ENCAJE

Fidesz y Vox. Todavía queda por resolver una parte del puzle. ¿A dónde irán los trece escaños del Fidesz húngaro? El partido del polémico primer ministro magiar, Víktor Orbán, todavía está en el grupo parlamentario PPE. Los conservadores no se han atrevido a expulsarlo por la deriva autoritaria de su Gobierno. Aunque Salvini trató de atraer a Orbán al ENL, el húngaro podría dar el paso e integrarse en la familia de conservadores y reformistas (ECR), junto a los ultraconservadores polacos del PiS.

El encaje de Vox y sus tres eurodiputados es más complejo. Aunque la formación se mostró interesada en formar parte del ECR, la convivencia en la misma familia con los separatistas de la N-VA flamenca, socios de Carles Puigdemont, se hace insostenible. Tampoco es fácil converger en el ENL. Salvini ha manifestado en alguna ocasión su apoyo a los independentistas catalanes. Nadie más los quiere en su grupo.

El nivel de participación fue el más alto en veinte años. Se situó en el 50,93 %, ocho puntos más que en la cita electoral del 2014.

alemania

La gran coalición de Merkel pende de un hilo

P. Baelo

Tras la doble debacle del SPD -por primera vez fue relegada por los Verdes como segunda fuerza más votada en las europeas y perdió en las regionales Bremen, su feudo desde hace 73 años-, el ala izquierdista del partido plantea sus condiciones para seguir en la gran coalición. «Es hora de una nueva voluntad creativa en el SPD», se titula un documento presentado entre otros por el líder de las Juventudes Socialistas, Kevin Kühnert, que exige avances en política educativa, climática y socioeconómica.

La pelota está en el tejado de los socialdemócratas, que solo pueden intentar poner fin a su crisis de identidad si rompen la alianza de Gobierno y se regeneran en la oposición. Se avecinan turbulencias para Angela Merkel, consciente de que la población está harta del bipartidismo y tiene sed de cambio, además de que el futuro pinta en verde.

francia

Macron asimila una derrota asumible a manos de Marine Le Pen

A. Serena

El partido de Marine Le Pen logró su objetivo al derrotar al partido de Emmanuel Macron y terminar en cabeza de la mayoría de departamentos, pero no se vio reforzado por la crisis de los chalecos amarillos. Aunque para la República en Marcha los resultados son «decepcionantes», es una derrota asumible porque las europeas no se han convertido, como temían, en un referendo contra Macron, dada la exigua diferencia de nueve décimas entre las dos candidaturas. Además, el presidente ve confirmado su planteamiento de una nueva repartición del panorama político sin izquierdas ni derechas, sino entre progresistas y nacionalistas.

En el 2017 se produjo la debacle socialista, y este domingo fue la de los conservadores, con los peores resultados de su historia.

reino unido

Un país dividido entre los «brexiters» y los que optan por otro referendo

r. Á. TUDELA

Los conservadores británicos sabían que tenían todas las de perder en las elecciones europeas, pero no estaban preparados para la bochornosa humillación del resultado final: la gran victoria del Partido del Brexit de Nigel Farage y ser relegados a un vergonzoso quinto puesto.

«Es una noche muy decepcionante», dijo Theresa May para acto seguido llamar a los diputados que ponen impedimentos al brexit a que apoyen de una vez por todas el acuerdo de salida que firmó con Bruselas. El favorito a sucederle, Boris Johnson, definió el resultado como una «reprimenda aplastante» ante el fracaso del Gobierno de May para sacar al Reino Unido de la UE, por lo que su promesa de hacerlo el 31 de octubre, con o sin acuerdo, coge impulso.

A Farage le faltó tiempo para pedir un puesto en el equipo que negocia el divorcio y mostrarse convencido de que cosecharía el mismo resultado en unas elecciones generales. Las cosas no le fueron mejor a los laboristas de Jeremy Corbyn. Su postura ambigua sobre el brexit no le dio los resultados que esperaba y perdió grandes bastiones en el norte y este de Inglaterra, incluida su propia circunscripción. Desde sus filas le exigen que reoriente su política cuanto antes y apoye un segundo referendo sobre el brexit. Una estrategia que aupó a los liberaldemócratas a ser el segundo partido más votado en una campaña con el directo lema «A la mierda con el brexit».

Grecia

La debacle de Syriza obliga a Tsipras a un adelanto electoral

D. Menor

Las elecciones europeas del pasado domingo han marcado el fin del ciclo político que Alexis Tsipras abrió en Grecia en 2015, un período marcado por la mayor crisis económica vivida tras la Segunda Guerra Mundial y que a punto estuvo de costarle la salida de la zona euro. Los malos resultados del partido gobernante Syriza, que rozó el 24% mientras la formación opositora de centro derecha Nueva Democracia (ND) superó el 33%, obligaron al primer ministro a adelantar los comicios legislativos. Estaban previstos para otoño, pero se celebrarán probablemente el 30 de junio. Pese a las malas expectativas, Tsipras aseguró hoy que «se puede ganar la próxima batalla electoral» reactivando el voto de izquierdas y que entendía el mensaje «de cansancio» de los votantes después de los años de duros sacrificios.

portugal

A cinco meses de las generales, la abstención fue de casi un 70 %

B. Íñiguez.

La gran protagonista de las europeas en Portugal ha sido la altísima abstención, casi del 70 %, la más alta de la historia de Portugal. Una de las posibles causas, según los expertos, es la saturación de los electores, que dentro de cinco meses tendrán que votar de nuevo en las generales.

Como se esperaba, el vencedor fue el Partido Socialista (PS) del primer ministro, António Costa, con un 33,39 % de los votos, superando en casi doce puntos al PSD de Rui Rio, que obtuvo el 21,94 %, su peor resultado. En tercera posición quedó el Bloco de Esquerda.

italia

Salvini, dueño del Gobierno italiano tras la derrota de M5E

m. SIGNO

En Italia se contaba con el triunfo de la Liga de Matteo Salvini tras meses de infinita campaña electoral, pero no se esperaba una caída tan estrepitosa del Movimiento 5 Estrellas. El equilibrio de fuerzas de hace un año ha cambiado y ahora es Salvini el que impondrá su ley en el Gobierno gracias al 34,4 % de apoyo electoral logrado el domingo, un resultado histórico. Doce puntos le separa de su socio del Ejecutivo de coalición Luigi Di Maio. El M5E tan solo obtuvo un 17,1 % de los votos y además fue superados por el Partido Democrático que con el 22,7 % se confirma como la alternativa a la ultraderecha.

La pregunta ayer en Italia era cuánto durará el Gobierno de Giuseppe Conte. Las apuestas están abiertas, pero está claro que Salvini se servirá de él mientras Di Maio se doblegue a sus exigencias.

En el PD de Nicola Zingaretti se respira una mezcla de satisfacción y alivio. Los resultados están muy lejos del 40 % del 2014 pero se ha conseguido frenar la sangría de votos de la etapa final de Matteo Renzi, mientras se preparan para dar guerra al Gobierno. Quien se sentará en la Eurocámara es Silvio Berlusconi, aunque Forza Italia tan solo logró el 8,78 % de los votos, muy por debajo de lo esperado.