Incertidumbre tras la dimisión de la líder socialdemócrata alemana

PATRICIA BAELO BERLÍN / E. LA VOZ

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HAYOUNG JEON | Efe

Merkel afirma que seguirá la gran coalición, pese a la crisis del SPD

03 jun 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La primera gran réplica del terremoto político que han supuesto las elecciones europeas para Alemania se dejaba sentir ayer. «Ya no tengo el apoyo necesario para ejercer mis funciones» aseguraba en un comunicado la líder del SPD, que tira la toalla. De poco le ha servido a Andrea Nahles su espíritu combativo ante un partido que lleva años tratando sin éxito de recuperar identidad y electorado.

Era imposible sobrevivir a la crisis que quedó de manifiesto una semana antes, cuando los socialdemócratas alemanes fueron relegados al segundo lugar por detrás de los Verdes en las europeas, donde solo lograron el 15,8 % de los votos, y al mismo tiempo perdieron de manos de la CDU las regionales de Bremen, su bastión desde hacía 73 años. «Asumí la presidencia de la formación y del grupo parlamentario en momentos difíciles. Juntos hemos decidido asumir la responsabilidad por nuestro país como parte del Ejecutivo», declaró Nahles, quien tiene previsto presentar oficialmente ambas renuncias ante la cúpula del SPD entre hoy y mañana. La que hace apenas un año y tres meses se convirtió en la primera mujer al frente de los socialdemócratas alemanes llamó a sus correligionarios a actuar con sensatez para recobrar «la confianza y el respeto mutuo».

Algo que parece complicado en un partido que ha vivido diez relevos en su presidencia en menos de dos décadas y está sumido en constantes luchas de poder. En realidad Nahles, de 48 años, filóloga y exmilitante de las juventudes socialistas, pensaba someter su jefatura a votación este martes. No obstante, el último sondeo demoscópico publicado el sábado, que otorgaba a la formación un escaso 12 %, su mínimo histórico, y colocaba a los Verdes como primera gran fuerza del país, ha precipitado los acontecimientos. La intención de Nahles es que la carrera por su sucesión se produzca «de modo ordenado». Pero en el seno del SPD ya afilan los cuchillos. 

Se barajan varios nombres

Aunque nadie ha formalizado su candidatura, se barajan varios nombres. Uno de ellos es el de su predecesor y exlíder del Parlamento Europeo, Martín Schulz, que dio el golpe de gracia al partido en las generales del 2017, en las que los socialdemócratas obtuvieron un 20,5 %. También se habla de Hubertus Heil y Olaf Scholz, actuales ministros de Empleo y Finanzas, respectivamente. Sin embargo, para muchos medios será la jefa del Gobierno en Renania-Palatinado, Malu Dreyer, quien heredará las riendas de manera interina, y el secretario general del SPD, Lars Klingbeil, de manera definitiva. Sobre todo porque Klingbeil se entiende bien con el ala izquierdista de la formación, que ahora más que nunca exige acabar con su participación como socio minoritario en la alianza de Gobierno, que tanto le ha perjudicado, para intentar regenerarse en la bancada opositora.

«Lo próximo es el final de la gran coalición. Cualquier otra opción no tendría sentido», instaba ayer Harald Christ, vicepresidente económico del SPD, en entrevista con el Bild. Todo apunta a que, sea como sea, el Ejecutivo de la primera potencia europea no aguantará intacto hasta el final de la legislatura, como desearía Angela Merkel, que se retirará en el 2021.

Consciente del riesgo que supone para la estabilidad del país y del continente en un momento de incertidumbre, la canciller alemana tuvo que enviar un mensaje de tranquilidad. «En nombre del Gobierno, quiero decir que continuaremos con nuestro trabajo con toda la seriedad y sentido de la responsabilidad», garantizó Merkel. Pero también su partido, la conservadora CDU, ha sufrido un fuerte varapalo en las europeas y torea como puede la sangría de votos hacia los ecologistas y la ultraderechista AfD.