Iglesias, cada vez más solo en Podemos

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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Quique García | Efe

Arrecian las críticas internas a su liderazgo y su estrategia política, aunque no hay por ahora consenso para apartarlo del cargo

07 jun 2019 . Actualizado a las 17:10 h.

Pablo Iglesias afronta este sábado un complicado Consejo Ciudadano. No solo por los malos resultados electorales, sino porque arrecian las voces críticas con su liderazgo, su estrategia y sus planes de que su sucesora sea Irene Montero.

Iglesias considera que el artículo de Ramón Espinar llamando a apartarlo es un intento de torpedear la negociación de un Gobierno de coalición. Pero Espinar no está solo. Aunque no hay una figura que concite suficiente consenso para relevarlo, Iglesias tendrá que afrontar las críticas de líderes territoriales. Pero no teme un golpe de mano para apartarlo del liderazgo. 

El germen de la crisis

Declaración de Toledo. El creciente descontento con Iglesias se empezó a fraguar en la llamada Declaración de Toledo, firmada por los secretarios generales en Castilla-La Mancha, José García Molina; Región de Murcia, Óscar Urralburu; Canarias, Noemí Santana; Asturias, Daniel Ripa; Aragón, Nacho Escartín; País Vasco, Lander Martínez; Baleares, Mae de la Concha; Comunidad Valenciana, Antonio Estañ; La Rioja, Kiko Garrido; Extremadura, Álvaro Jaén, y Navarra, Eduardo Santos. «Es la hora de cooperar y no de competir», se decía en el texto, tras la ruptura con Errejón y la dimisión de Espinar como líder en Madrid. 

La alianza espinarista

Espinar y García Molina. Espinar, que se postula indirectamente frente al poder de Iglesias y Montero, está en sintonía con José García Molina, el líder en Castilla-La Mancha, que actuó de anfitrión del conciliábulo en Toledo y que dimitió tras los pésimos resultados en su comunidad, presionando así a Iglesias para que asuma también sus propias responsabilidades. Ambos aspiran a ampliar ese frente recuperando a figuras como el propio Errejón, Carolina Bescansa o Pablo Bustinduy. 

El hartazgo en Aragón

«Más democracia interna». Antes incluso de que Espinar lanzara su órdago, el líder de Podemos en Aragón, Nacho Escartín culpó a Iglesias de los pésimos resultados en su comunidad y a nivel nacional diciendo que Podemos «no puede ser, nunca más, una organización centralista». «No nos vamos a callar a partir de ahora, más democracia interna es lo que hace falta», afirmó Escartín, que será uno de los que más levante la voz en el Consejo Ciudadano del sábado. 

El frente andaluz

Rodríguez y Kichi presionan. La andaluza Teresa Rodríguez, del sector anticapitalista, ha aprovechado la victoria en Cádiz de José María González Kichi para redoblar sus críticas a Iglesias y reclamar la plena independencia de la organización en Andalucía frente al poder central del secretario general. Kichi ha afirmado que Iglesias «debe asumir su responsabilidad» por los malos resultados del partido. 

Territorios afines

Culpar a los barones. Aunque hay división en casi todos los territorios, Iglesias cuenta con el apoyo nítido de Galicia, controlada por Anton Gómez-Reino, y de otras federaciones como La Rioja, Canarias, Baleares o Navarra, que aspiran como él a llegar a formar gobiernos de coalición con el PSOE, mientras que en Cataluña no hay enfrentamiento porque todo el poder lo tiene Ada Colau y en el País Vasco el sector errejonista es hoy mayoritario. 

El contraataque de Iglesias

Culpar a los barones. El descontento con Iglesias, o al menos la división, es patente en muchas otras federaciones, aunque no se señalen tan explícitamente. El Consejo Ciudadano se prevé tenso porque, frente a las críticas territoriales, la defensa de Iglesias será la de recordar a esos barones que en las generales él obtuvo mejores resultados en sus propios territorios de los que lograron ellos en las autonómicas. Y, si es necesario, está dispuesto a enfrentarse al reto de una consulta revocatoria para apartarle del liderazgo, para lo que se necesitaría una mayoría absoluta del Consejo Ciudadano este sábado. Y más complicado aún tendrían forzar una Asamblea Ciudadana Vistalegre III, para lo que necesitarían tres quintos del consejo.