Mette Frederiksen ganó el miércoles las elecciones de Dinamarca y opta a ser la primera ministra más joven de la historia del país
07 jun 2019 . Actualizado a las 08:04 h.Desde que fue elegida diputada con solo 24 años, Mette Frederiksen (Aalborg, 41 años) ha defendido a ultranza un sistema de impuestos elevados para garantizar el bienestar de la sociedad danesa. Líder del Partido Socialdemócrata, giró hacia una política migratoria restrictiva en la campaña electoral. Un cambio que, en gran parte, le sirvió para proclamarse vencedora de las elecciones del miércoles y en optar a ser la primera ministra más joven de la historia de Dinamarca.
Frederiksen creció en una casa «donde se creía más en la socialdemocracia que en Dios», según relata en una biografía el periodista danés Thomas Larsen. Siempre fue defensora del modelo público de Estado. En su portal web, declara: «Me molesta cuando se hace referencia al sector público como una carga financiera». Esta sentencia hace alusión al duro sistema fiscal del país, que ha defendido y apoyado junto al ultra Partido Popular Danés. Pese a ser progresista, no ha vacilado en pactar con los xenófobos liderados por Martin Henriksen en políticas fiscales y en cuestiones migratorias. Los inmigrantes no comunitarios son, para la candidata a primera ministra, el principal motivo de las desigualdades sociales y económicas en Dinamarca.
Atención a la infancia
Mette Frederiksen ha adquirido el mote de «primera ministra de los niños» por la preocupación que ha mostrado respecto a la situación de los infantes daneses durante su campaña. Según la socialdemócrata, como primera ministra le gustaría evitar que los niños fuesen «mentalmente vulnerables» y desearía «mejorar sus vidas cotidianas acompañándoles en sus problemas».
Además, Frederiksen desea que Dinamarca sea la líder mundial en energía verde ahora que «Donald Trump ha declinado su responsabilidad con los acuerdos de París», según escribió en un artículo publicado en el diario local Information ya que considera el cambio climático como «la batalla de nuestra generación». Su plan: crear una ley del clima con objetivos vinculantes.