Ocasio-Cortez, una voz en alza que empuja a los demócratas hacia el «impeachment»

Esperanza Balaguer NUEVA YORK / E. LA VOZ

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Alexandria Ocasio-Cortez volvió a ser camarera en Queens por un día para reivindicar sueldos justos en el sector
Alexandria Ocasio-Cortez volvió a ser camarera en Queens por un día para reivindicar sueldos justos en el sector SHANNON STAPLETON | Reuters

La congresista lidera el sector del partido que quiere procesar a Trump por obstrucción a la justicia

11 jun 2019 . Actualizado a las 15:23 h.

La congresista más joven de la historia de Estados Unidos., Alexandria Ocasio-Cortez, 29 años y nacida en el Bronx, se ha convertido en tan solo cinco meses en la voz más prominente del Partido Demócrata. Cuando ella habla, todos la escuchan. Y lo que es más importante en política, todos la entienden.

Con un lenguaje claro y explicaciones repletas de lógica, sus intervenciones en la Cámara de Representantes, donde ocupa el escaño por Queens y el Bronx, son auténticos récords virales. Lo que en el lenguaje de las redes sociales se conoce como influencer, se traduce para ella en una de las palabras más antiguas de la humanidad: poder. Esta capacidad para llegar al público ha puesto al alma del Partido Demócrata frente al espejo. Además de despejar de un plumazo el tabú a la palabra socialista en un país donde todavía se relaciona con los regímenes comunistas, ha colocado el debate sobre la ideología de izquierdas en la mente de millones de ciudadanos.

Por eso, cuando el pasado 21 de mayo, anunció que iba a firmar la resolución presentada dos meses antes por la representante de Míchigan, Rashida Tlaib, para solicitar la apertura del proceso de destitución -el conocido como impeachment- contra Trump, los sectores más reacios del partido se pusieron en alerta. 

«Es hora de tirar para adelante», sentenció Ocaso-Cortez, en contra de la posición de la presidenta de la Cámara Baja, Nanci Pelosi. Su anuncio llegó poco después de que saliera a la luz el informe completo sobre el Rusigate del fiscal especial Robert Mueller. 

Obstrucción a la justicia

Las investigaciones no pudieron determinar que algún miembro de la campaña de Trump conspirara con Moscú para interferir en las elecciones del 2016, pero sí abrieron la posibilidad de juzgar al presidente por posible obstrucción a la justicia. Mueller dejó toda la responsabilidad al Congreso. Y así lo entendió tanto Ocasio-Cortez como la cuarta parte de los demócratas de la Cámara de Representantes que se han sumado a su iniciativa.

A dieciséis meses de las elecciones presidenciales, Pelosi no quiere correr el riesgo de que el impeachment pueda resultar contraproducente. Sin embargo, la presión le ha obligado la pasada semana a definir su estrategia. «Quiero ver a Trump en la cárcel», ha reconocido ante los líderes demócratas. Esto no significa que haya de cambiado de opinión, sino que prefiere derrotar a Trump en las urnas en noviembre del 2020. Para que luego sean los tribunales que mantienen causas penales abiertas contra él, como el pago para silenciar a dos actrices porno o las presuntas irregularidades financieras en sus negocios, los que decidan sobre su futuro legal. 

Por el momento, las cuentas para sacar adelante el impeachment no salen. Del total de 235 legisladores demócratas, 59 están a favor, 66 se niegan o están dudosos, y 110 de ellos no se han pronunciado. Necesitan mayoría simple, el 51 % de los votos. 

Mientras las dos almas del Partido Demócrata se debaten entre si procesar o no a Trump, Ocasio-Cortez ha vuelto esta semana a las calles de su barrio a atender a sus electores. Una veintena de organizaciones ha llamado a la movilización a favor del impeachment el próximo sábado por todo el país. Los votantes vuelven a la calle.