Guatemala acude a las urnas para buscar al presidente menos malo

HÉCTOR ESTEPA BOGOTÁ / E. LA VOZ

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Alejandro Giammattei, uno de los candidatos en las presidenciales de este domingo en Guatemala
Alejandro Giammattei, uno de los candidatos en las presidenciales de este domingo en Guatemala EDWIN BERCIAN, EFE

Sandra Torres parte como la aspirante con más opciones en la primera vuelta

16 jun 2019 . Actualizado a las 10:08 h.

Guatemala se juega este domingo su futuro político en un clima de aguda decepción. Ninguno de los aspirantes a presidir el país centroamericano parece levantar pasiones entre los chapines. «Persiste la idea de que la elección tiene un sentido regresivo, donde la ‘esperanza democrática’ dejó de existir», dice el politólogo guatemalteco Renzo Rosal.

La ex primera dama Sandra Torres, de la socialdemócrata Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), lidera las encuestas, y es considerada la candidata del establishment de Guatemala, un país de 17 millones de habitantes, de los cuales el 59 % viven en condiciones de pobreza. Cuenta con un 20,2 % de intención de voto, según el último sondeo publicado, de la agencia ProDatos.

Las elecciones han estado marcadas por la exclusión de las dos principales rivales de Torres. La Justicia impidió la participación tanto de la ex fiscal general Thelma Aldana, debido a irregularidades en su inscripción, como de la ultraderechista Zury Ríos, por ser hija del exdictador Efraín Ríos Montt. La ley de Guatemala impide concurrir a la presidencia a familiares de personas que hayan participado en golpes de Estado. «Sus votantes se han dispersado», analiza el politólogo Rosal. Buena parte del electorado quedó huérfano de candidatos, así que casi la mitad de los guatemaltecos no saben aún a quién van a votar mañana, pero las encuestas sitúan en segundo lugar al derechista Alejandro Giammattei (14,4 %).

Candidatos bajo sospecha

Le siguen, en un empate técnico en torno a los ocho puntos, el ex secretario general adjunto de Naciones Unidas Edmundo Mulet; el novato, pero hijo de expresidente, Roberto Arzú, y la líder indígena Thelma Cabrera. Uno se medirá contra Torres en la segunda vuelta electoral, el 11 de agosto. La candidata socialdemócrata lo tendrá difícil para colgarse la banda presidencial: un 52% de los guatemaltecos declaran que no la votarían como reemplazo de Jimmy Morales.

Guatemala vive momentos políticos convulsos en torno a su todavía líder. Grandes manifestaciones provocaron en el 2015 la renuncia del entonces presidente Otto Pérez Molina, acusado de corrupción. Su sustituto, el cómico Morales, llegó prometiendo tener las manos limpias, pero deja el cargo tras ser acusado por la Fiscalía y por la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig), órgano auspiciado por la ONU, de financiación ilegal de su campaña.

Morales decidió el año pasado no renovar el mandato de la Cicig hasta el 2021, algo que se daba por hecho, a pesar de que la mayoría de la ciudadanía apoya al organismo. «Las acciones del Gobierno y el Congreso en contra de la Cicig conllevaron un desgaste social y político que ha afectado al clima de las elecciones. Los candidatos y partidos no han logrado despertar en el electorado un sentimiento de cambio y esperanza», comenta el analista José Carlos Sanabria.

La mayoría de los candidatos han sido cuestionados por su pasado. Torres está siendo investigada por financiación ilícita de su campaña del 2015. Giammattei fue acusado de ejecución extrajudicial por la muerte de siete reos mientras dirigía el sistema penitenciario. Arzú tiene un proceso abierto en Miami por una deuda de cinco millones de dólares. Mulet es señalado por supuesta participación en adopciones ilegales y a Cabrera se la critica por su presunta complicidad con conexiones piratas a la energía en las zonas rurales.