Las ambiciones de Berlín dinamitan el relevo en la cúpula de la Unión Europea

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

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Angela Merkel, en una imagen de archivo.
Angela Merkel, en una imagen de archivo. PIROSCHKA VAN DE WOUW

Los líderes apean a Weber y Timmermans de la carrera por presidir la Comisión

22 jun 2019 . Actualizado a las 08:54 h.

Ni el conservador Manfred Weber, ni el socialdemócrata Frans Timmermans, ni la liberal Margrethe Vestager pasan el corte. Ninguno de ellos ha logrado recabar en el Consejo Europeo una mayoría favorable para tomar el relevo al frente de la Comisión Europea, a pesar de ser los candidatos principales que se presentaron a las elecciones europeas.

Los 28 líderes de la Unión Europea quieren ampliar el menú e incorporar nuevos nombres en la terna para encajar el rompecabezas institucional, bloqueado por el hambre de cargos de liberales y socialdemócratas, por las exigencias de los países del Este y por las ambiciones de Alemania.

La Eurocámara insiste en ceñir la elección a los candidatos que concurrieron a los comicios, pero ninguno de ellos encaja en la fórmula que busca el Consejo: equilibrio político, geográfico y de género. Los primeros en caer en desgracia han sido Weber y Timmermans. «No tienen una mayoría y no creo que vayan a tener la próxima semana», señaló ayer el primer ministro eslovaco, Peter Pellegrini.

El conservador alemán despierta antipatía en muchas cancillerías europeas y carece de la mínima experiencia ejecutiva para asumir el cargo. Si de algo ha servido su elección es para que Berlín tome la Comisión Europea como rehén con el objetivo de exigir a cambio el timón del Banco Central Europeo (BCE). La canciller alemana, Angela Merkel, podría dejar caer la guillotina sobre el cuello de su elegido si le garantizan el relevo al frente de la autoridad del euro. Si no lo hacen, seguirá bloqueando el relevo en la cúpula de la Unión Europea y defendiendo el legítimo derecho de Weber a suceder a Jean Claude Juncker.

La líder germana allanó estos días el terreno: «Ya no es suficiente con que dos familias políticas tomen las decisiones». Merkel ha dejado ver que está dispuesta a dejar caer al candidato conservador, como le piden liberales y socialdemócratas, pero el precio podría ser el BCE.

Sus rivales quieren evitar ese escenario a toda costa. Hasta tal punto, que se han llegado a sugerir la posibilidad de aceptar otro candidato conservador para el puesto. El presidente español y negociador principal de los socialdemócratas, Pedro Sánchez, dio ayer por muerto a su preferido, Timmermans, detestado en los países de Visegrado (Polonia, Hungría, República Checa y Eslovaquia) y del Este: «Lamento mucho que no haya podido ser la persona escogida en el día de ayer porque cuenta con todas las cualificaciones, con un compromiso europeísta y experiencia […] Nos hubiera encantado, pero si finalmente no es el caso, sí puede haber presidente del Partido Popular», admitió.

¿Qué ocurre con Vestager? La liberal todavía no ha sido eliminada de las quinielas, pero su éxito depende de que sus rivales rebajen su nivel de ambición en torno a los cargos. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, tiene hasta la cumbre extraordinaria del 30 de junio para encontrar la fórmula que satisfaga a todas las instituciones, partidos y capitales europeas. 

Reforma de la eurozona

Los líderes europeos respaldaron durante la cumbre los acuerdos de mínimos forjados por los ministros de Economía y Finanzas de la Unión Europea en torno al fortalecimiento de la zona euro. Pero el grueso del trabajo se ha pospuesto, una vez más, al mes de diciembre. Ni se ha logrado consensuar una cifra para el futuro presupuesto de la zona euro, ni las fuentes de su financiación.