Un informe oficial de EE.UU. confirma el pésimo estado de los centros de migrantes
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Una visita a comienzos de junio a cinco centros de detención de la patrulla fronteriza constató las dantescas condiciones en que se encuentran los inmigrantes
04 jul 2019 . Actualizado a las 07:35 h.La escena tiene lugar frente a la Casa Blanca. Minutos antes de una manifestación contra los centros de detención de inmigrantes, una mujer se aproxima a los primeros manifestantes para decirles que están equivocados, que los solicitantes de asilo reciben «un proceso justo» y les insta a buscarse mejores fuentes. Asegura que los inmigrantes «no están viviendo enjaulados». Antes de marchar, les afea que no confíen en su Gobierno. «Deberíais amar a vuestro país y confiar en vuestros agentes de la patrulla fronteriza, que tienen hijos. Es muy triste que no lo hagáis».
Horas antes de su reprimenda, un informe de auditores independientes del Departamento de Seguridad Nacional confirmó lo que abogados, periodistas y congresistas demócratas habían denunciado con anterioridad. Una visita a comienzos de junio a cinco centros de detención de la patrulla fronteriza constató las dantescas condiciones en que se encuentran los inmigrantes.
Una de las fotografías muestra a varias personas apelotonadas contra el cristal de una celda, uno de ellos sujetando un papel con la palabra «Ayuda». Los inspectores contabilizaron 88 inmigrantes en un espacio habilitado para 41. Hay casos de detenidos que llevan más de un mes encerrados y sin poder ducharse. A cambio reciben toallitas húmedas. Familias enteras intentan descansar tiradas en el suelo. En tres de los cinco centros visitados, los niños tampoco disponían de duchas y solo tenían «acceso limitado a ropa limpia», con ausencia de lavandería. En dos de ellos, no recibieron comida caliente hasta que llegaron los inspectores. El 30 % de los 2.699 menores detenidos sumaba allí más de las 72 horas que fija como máximo la ley. Menores de 7 años acumulaban ya dos semanas.
Desaparecida en el río Bravo
Al mismo tiempo que se difundían los datos del informe, la patrulla fronteriza norteamericana buscaba a una niña de dos años en río Bravo, en la frontera entre Estados Unidos y México.
Su madre, de origen haitiano, logró cruzar la corriente y, después de ser detenida, informó a los agentes de que había perdido a su hija cuando trataba de atravesar el río. Al cierre de esta edición, los agentes continuaban la búsqueda con la ayuda de México. La semana pasada, Óscar y Valeria, padre e hija originarios de El Salvador, aparecieron muertos en el mismo río en una imagen que mostró la crudeza de las políticas antiinmigratorias de Donald Trump.