La madre de la niña muerta en Cospeito estaba obsesionada con que la vigilaban continuamente

Tania Taboada LA VOZ

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Del sumario se desprende que Ana Sandamil fue prepotente y arrogante con los investigadores

05 jul 2019 . Actualizado a las 16:56 h.

Desde principios de año, la madre de Desirée Leal, la niña que apareció muerta en su cama en Cospeito el pasado 3 de mayo, cambió de actitud. Según declararon sus padres y su última pareja, Ana Sandamil Novo (Muimenta, 1977) apenas salía de casa. «Padecía depresión y no quería ir al médico, ni tomarse la medicación. Ella decía que estaba bien. Volvió a fumar, comía poco, no dormía bien por las noches, buscaba papeles sin sentido», indicaron sus familiares en su declaración. «Escuchaba ruidos de pájaros o ratones contra la galería de casa y tenía una obsesión con su teléfono pensando que la estaban vigilando continuamente», apuntaba su padre a los agentes. Además, según se extrae del sumario, empezó a sobreproteger de manera obsesiva a su hija y le impedía asistir a muchos eventos que le apasionaban.

Según manifestó su expareja, Ana Sandamil se negaba a que disfrutara de su pequeña cuando tenía la tarde libre. «Todo eran trabas. Nunca me envíaba trabajos ni manualidades que mi niña hacía en el colegio y sin embargo, el último domingo que la pequeña estuvo conmigo, envió numerosas fotos para que las repartiera entre toda mi familia», declaró a los agentes José Manuel Leal, totalmente abatido.

Tras la muerte de la niña, Ana Sandamil no quiso colaborar con los investigadores. Según consta en las diligencias de la Guardia Civil, la madre de Desirée mostraba una actitud arrogante y prepotente. Dio versiones incongruentes, contradictorias y se negó a declarar ante los agentes de la policía judicial en varias ocasiones. Incluso se negó a firmar alguna declaración, los criticó porque en los papeles no aparecía ningún membrete y les pidió explicaciones por no haberse identificado (algo que sí habían hecho).

En la entrevista con el forense, realizada cinco días después de la muerte de la niña en la unidad de agudos del hospital de Lugo, Ana Sandamil por primera vez se mostró tranquila, colaboradora, consciente y orientada. Se emocionaba al hablar de su hija, pero al cambiar de tema recuperaba rápido el tono emocional neutro. Cuando le preguntaron por el motivo de su ingreso, ella simplemente respondió: «Según el médico, porque me tomé demasiadas pastillas».