«Me dijo: "Iremos a mi habitación y te daré todo el dinero que necesites"»

L. Álvarez ATENAS / E. LA VOZ

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Un grupo de refugiados se entretiene jugando al criquet en una zona industrial de Atenas
Un grupo de refugiados se entretiene jugando al criquet en una zona industrial de Atenas ALKIS KONSTANTINIDIS | Reuters

Abusos a menores en Grecia, una crisis sin resolver

07 jul 2019 . Actualizado a las 10:11 h.

«Me dijo: "Ven aquí, yo te daré dinero, ropa, comida, todo lo que quieras"». Vilal, nombre ficticio, no quiere que se conozca su verdadera identidad por pudor de que su familia en Afganistán sepa por lo que está pasando. Sentado en un café de la plaza Victoria recuerda cada detalle de la escena. «Al principio no entendí… Le pregunté: "¿Como que nos puedes dar dinero?", Él dijo: "Ven conmigo, iremos a mi habitación y te daré todo el dinero que necesites"».

Más de 3.000 menores no acompañados están abandonados en Grecia. El acuerdo auspiciado por la Unión Europea entre el país y Turquía implementado en el 2015 cerró las fronteras europeas y cientos de miles de desprotegidos se vieron privados de su libertad.

«Debido al gran número de niños no acompañados que llegan, es imposible que los procedimientos sean rápidos y seguros. Así que los niños tienen que pasar mucho tiempo esperando para recibir un adecuado tratamiento y servicios», lamenta Popi Gkliva, trabajadora humanitaria de la oenegé Aldeas Infantiles Grecia.

Vilal y sus cuatro amigos llevan año y medio vagando por las calles de Atenas solos, desamparados, sin apenas medios para sobrevivir. Su lugar de encuentro es la plaza Victoria, en el centro de la capital. Es aquí donde testigos denunciaron al Ayuntamiento de Atenas abusos a menores. Los jóvenes asienten con la cabeza, aseguran que pasa cada día delante de la vigilante mirada de la policía griega.

Lefteris Papagiannakis, vicealcalde de Atenas y responsable de Migración, no esconde su preocupación. Admite conocer la situación, pero sostiene que la falta de recursos, de personal y de experiencia en una Grecia tocada por la crisis económica todavía no permite que el país pueda enfrentarse adecuadamente a estos casos.

«Alguien vino al Ayuntamiento diciendo que en uno de los parques de Atenas había prostitución infantil. Todas las noches. El alcalde denunció la situación contra los desconocidos acusados y la policía lo investigó pero no pudieron encontrar pruebas», cuenta Papagiannakis.

En Europa, en cumplimiento con los convenios internacionales, la ley resguarda los derechos de los menores extranjeros no acompañados, tengan documentos o no. Sin embargo, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) condenó en junio pasado a Grecia por mantener privados de libertad y en centros no habilitados a jóvenes solicitantes que viajan solos.

Cae la noche y el paisaje en la plaza se va poblando de hombres desconocidos de edad adulta que se acercan a los jóvenes solicitantes de asilo para conversar y hacer propuestas. Vilal dice que ofrecen entre 10 y 15 euros, y suelen venir después de las ocho de la tarde. «Nadie los conoce. La mayoría de las veces [sus elegidos] son afganos y árabes… Los afganos, en particular, porque somos los más pobres», cuenta el adolescente Vilal, sentado cabizbajo en un café.