Fallece a los 81 años el expresidente argentino Fernando de la Rúa

La Voz REDACCIÓN

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Fernando de la Rúa con Manuel Fraga en el año 2000, en Santiago
Fernando de la Rúa con Manuel Fraga en el año 2000, en Santiago ALVARO BALLESTEROS | EFE

El exmandatario, nieto de gallegos, tenía problemas renales y de corazón

10 jul 2019 . Actualizado a las 12:47 h.

El expresidente argentino Fernando de la Rúa falleció ayer a los 81 años en un hospital de Buenos Aires en el que se encontraba ingresado desde unos días antes por sus problemas de salud, según informaron los medios locales y confirmó durante la mañana el actual mandatario del país, Mauricio Macri. «Lamento el fallecimiento del expresidente Fernando de la Rúa. Su trayectoria democrática merece el reconocimiento de todos los argentinos», escribió Macri en su cuenta en Twitter. «Acompañamos a su familia en este momento», añadió. 

De la Rúa falleció en el hospital Fleming, en el que fue ingresado en un estado «sumamente grave» por el deterioro de sus problemas de salud, según la agencia estatal Télam. El exmandatario tenía problemas renales y de corazón, y en el 2018 había sufrido un infarto. Fernando de la Rúa, nieto de un gallego de Bueu, personificó en esos años, junto a uno de sus predecesores, Raúl Alfonsín, el peso de Galicia en Argentina. Ambos son nietos de gallegos, de esa generación que emigró de forma masiva a Argentina a principios del XX.

De la Rúa, nacido en 1937 en la ciudad de Córdoba en el seno de una familia de clase media alta, comenzó su militancia política en el radicalismo argentino en sus años universitarios, mientras cursaba Derecho. En 1973 se convirtió en senador, dejando la política tras el golpe de Estado militar. En 1996, fue el primer jefe de gobierno de Buenos Aires elegido por voto directo, dando el salto a la Casa Rosada en 1999, lo que puso fin a diez años de Carlos Menem en la Presidencia. No obstante, su mandato fue breve: dimitió en diciembre del 2001.

Su vinculación con Galicia cristalizó en una visita que hizo a la tierra de su abuelo en octubre del 2000. Fue nombrado hijo adoptivo de Bueu y en su visita a la villa de su familia se encontró con un recibimiento multitudinario, no solo por las autoridades, sino también de vecinos, que lo arroparon en su estancia. En el salón de actos, se le entregó un árbol genealógico de sus antepasados en la comarca de O Morrazo, un enorme pliego que mostró orgulloso a las cámaras. El alcalde de aquel momento, el popular Tomás Barreiro, lo acompañó como guía de la visita, que incluyó también el monolito en homenaje a los emigrantes, colocado en el paseo marítimo.

De la familia De la Rúa, solo había dos parientes en la comarca después de una vinculación de tres siglos, cuando se construyó el pazo de Santa Cruz, fundado por Marcos de la Rúa Freire y su mujer María González.

«Corralito», represión y dimisión

En el 2001, la desconfianza en la economía creció y el Gobierno no pudo tomar medidas firmes por el rígido sistema cambiario, que ataba el peso al dólar. Ante la nefasta perspectiva, muchos argentinos sacaron sus ahorros en dólares de los bancos, y esto llevó a De la Rúa a restringir la retirada de fondos, lo que se conoció como «corralito». Ante las protestas de la clase media, De la Rúa ordenó una represión que costó vidas, y al final tuvo que dimitir. Abandonó la Casa Rosada en helicóptero en una imagen icónica.