Sánchez rompe con Iglesias, tacha de «mascarada» su consulta y mira al PP

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño REDACCIÓN

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Contactará de nuevo con Casado y Rivera, que ya le adelantan que no se abstendrán

15 jul 2019 . Actualizado a las 20:42 h.

A una semana de la sesión de investidura, en España no hay mayoría parlamentaria alguna a la vista. Las negociaciones entre el PSOE y Unidas Podemos han saltado por los aires tras un duro cruce de descalificaciones sin que ni siquiera se haya abordado un posible programa de Gobierno. Después de que el líder de Podemos, Pablo Iglesias, tachara de «idiotez» la propuesta del socialista de incorporar a su Gobierno a militantes de su partido o sus confluencias de perfil exclusivamente técnico, vetando al propio Iglesias y a cualquier otro dirigente de la formación, Sánchez dio este lunes por rota la negociación asegurando que la consulta a la militancia organizada por Iglesias es una «mascarada bien grande» y «trucada» que solo pretende justificar el no a su investidura. Cegada por tanto esa vía, Sánchez pretende dedicar la semana que resta a convencer a los líderes de Ciudadanos, Albert Rivera, y del PP, Pablo Casado, en especial a este último, de que se abstengan para permitir que gobierne con el único apoyo de sus 123 diputados.

Sánchez reveló que el jueves, después de cinco encuentros cara a cara, ofreció a Iglesias en una conversación telefónica la incorporación al «Consejo de Gobierno» de figuras de Podemos de reconocido prestigio en sus campos, pero sin perfil político. Y explicó que la respuesta de Iglesias ha sido convocar una consulta en la que «ni siquiera está incluida» esa oferta. «Es la primera vez en 40 años que el candidato a presidente del Gobierno hace una propuesta de este tipo y se encuentra la respuesta de que es una idiotez», señaló Sánchez. Y dio por hecho que Podemos votará en contra de su investidura. «Ya lo hizo en el 2016 y ahora parece que quiere volver a votar en contra de un candidato socialista», indicó, con el añadido de que esta vez lo hará «junto a Vox». Aunque Sánchez admite que Iglesias no se lo pidió expresamente, desde el PSOE achacan la ruptura de las negociaciones al empeño personal del líder de Podemos en ser vicepresidente y escoger qué dirigentes de su partido deben entrar en el Gobierno. «No soy persona de vetos, pero tampoco acepto imposiciones», se limitó a señalar Sánchez. 

Solo ha sumado el voto del PRC

Lo cierto es que, a pesar de que desde Podemos indicaron que no dan por rotas las negociaciones, la situación parece insalvable. Hace ya cuarenta días que el rey encargó a Sánchez buscar apoyos para formar Gobierno. Y, a una semana de la votación, solo ha sumado el del único diputado del Partido Regionalista de Cantabria.

El secretario de acción de gobierno de Podemos, Pablo Echenique, se mostró «sorprendido» por las «descalificaciones» y consideró «inconcebible» que vaya a haber una repetición electoral. «Estamos dispuestos a sentarnos de nuevo en 15 minutos para hablar de un acuerdo de Gobierno», señaló, aunque sin moverse de la propuesta de un Ejecutivo de coalición sin «vetos» a ningún dirigente de su partido. «¿Qué pasaría si nosotros le dijésemos a los millones de votantes del PSOE que Sánchez no puede ser el candidato?», concluyó.

El líder socialista tratará ahora de elevar al máximo la presión sobre Albert Rivera y Pablo Casado, con los que contactará esta semana, al igual que con el propio Iglesias, para proponerles un pacto de Estado que le permita formar un Gobierno que «no dependa de los independentistas». Y advirtió de que en caso de que su investidura no salga adelante el jueves que viene, su candidatura a la presidencia del Gobierno «decae» y habrá nuevas elecciones.

La respuesta de los populares le llegó de inmediato. Su secretario general, Teodoro García Egea, le pidió que «se abstenga de presionar» al PP porque no van a «permitir que sea presidente ni por activa ni por pasiva» y «pase lo que pase». Y tampoco va a encontrar apoyo Sánchez en Ciudadanos, cuyo líder, Albert Rivera, se negó incluso a acudir a la última llamada de Sánchez, y que le pidió que «se deje de personalismos y de reparto de sillas» y negocie con «sus socios preferentes».

Decepción de los independentistas y el PNV ante el alejamiento del pacto con Podemos 

Las víctimas colaterales de la ruptura de la negociación entre el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y el de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, son el PNV, que preparaba ya su batería de exigencias para poner precio a su apoyo a un Gobierno socialista en forma de coalición o de cooperación con Unidas Podemos, y los independentistas catalanes, que en los últimos días habían enviado ya señales de su disposición a favorecer con su abstención un Ejecutivo del PSOE apoyado por el partido morado, convencidos de que con esa fórmula sería más sencillo alcanzar su objetivo de establecer un diálogo bilateral y de igual a igual entre el Gobierno central y la Generalitat. 

El PNV pide pasos a Sánchez

ERC dejó ver este lunes su decepción ante el alejamiento de ese escenario y cargó directamente contra Sánchez. Su portavoz, Marta Vilalta, tachó de «irresponsable» al líder socialista por la forma en la que está llevando a cabo las negociaciones y aseguró que «no está a la altura de lo que se le pide a un líder político». «No ha sido capaz ni de ponerse de acuerdo con Podemos. Se está quedando solo. Exigimos respeto hacia los votos que obtuvo el independentismo en Cataluña», señaló. El expresidente de la Generalitat Artur Mas ya había abogado por facilitar la investidura de Sánchez para no «provocar más tensión» en las relaciones entre Cataluña y el resto de España. Y también el líder de EH Bildu, Arnaldo Otegi, señaló que el Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos «es el mejor de los posibles existentes en el Estado español para abordar en términos democráticos los conflictos nacionales».

Desde el PNV, su portavoz en el Senado, Jokin Bildarratz, consideró «muy complicada» la posibilidad de que Sánchez sea investido ahora por el actual «choque de trenes», aunque se mostró convencido de que finalmente habrá acuerdo porque ni al PSOE ni a Unidas Podemos les conviene una repetición de las elecciones. Los nacionalistas vascos, que ya dejaron claro que no se oponían a un Ejecutivo de coalición, consideran que Sánchez, debería hacer esta semana algún «movimiento importante» para facilitar su investidura con apoyo de Unidas Podemos, ERC y el PDECat.