Condenado a ocho años de cárcel el responsable de una entidad benéfica que daba comida a cambio de sexo

Manuel Costoya
M. C. Cereijo REDACCIÓN

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Garaje en el que el condenado guardaba los alimentos que intercambiaba por sexo
Garaje en el que el condenado guardaba los alimentos que intercambiaba por sexo GUARDIA CIVIL

Una mujer soportó cuatro años de relaciones para poder alimentar a sus dos hijos

16 jul 2019 . Actualizado a las 15:09 h.

Años soportando como el responsable de una entidad benéfica de Almería la utilizaba como un objeto sexual para poder conseguir comida para ella y sus dos hijos. Este era el día a día de una mujer sin apenas recursos que luchaba como podía para sobrevivir. El hombre era desde el 2014 el responsable de la inscripción, recogida, almacenamiento y entrega de alimentos a personas en situación de exclusión social, «asumiendo el control de dicha actividad como figura visible de la Iglesia Evangélica La Puerta, de la localidad de Vícar». La Audiencia de Almería le acaba de condenar a ocho años y seis meses de cárcel por un delito de abusos sexuales agravado y continuado, por el que además se le impone la prohibición de comunicarse con la víctima durante diez años.

La historia comienza en el verano del 2014. El hombre contactó con la mujer que estaba en una manifiesta situación de exclusión y necesidad, según recoge la sentencia publicada por Europa Press. Le proporcionó diversos alimentos «sin estar inscrita previamente» en el programa y «al margen de la asignación» establecida de forma oficial para así «ganarse su confianza». Ya en este primer encuentro demostró cuales eran sus intenciones. Le sentencia de la Audiencia de Almería da por probado que le efectuó «tocamientos» antes de que se marchara, toda vez que se ofreció a ayudarle «si ella a su vez mantenía relaciones sexuales con él».

«Consentimiento viciado»

El trato estaba claro. Sexo por comida. La mujer aceptó, pero lo hizo con un «consentimiento viciado» al que se vio sometida. Ante la situación «desesperada» y «crítica de necesidad», al no tener «alimentos básicos» para sus hijos, y «tras insistentes llamadas», la mujer accedió en varias ocasiones a tener relaciones con el condenado «siempre bajo la promesa» del mismo de que no le faltaría «nada», según detalla la sentencia. 

La situación se prolongó durante cuatro años. Luego, tuvo el valor de interponer una denuncia, pero no quería ponerla sola. Se animó cuando supo que otras mujeres habían vivido una situación parecida a la suya. La ayudaron porque varios testigos declararon en el juicio que «habían oído que el acusado daba ayuda a cambio de sexo».

El acusado, además de los alimentos pactados, le dio a la víctima pequeñas cantidades, de entre 15 y 20 euros, tras alguno de los encuentros que mantuvieron en diferentes lugares a los que él la conducía. El hombre suspendió la entrega de comida a la acusada cuando esta se negó a realizar determinados actos sexuales. El caso llegó a los juzgados y ya hay condena. Más de ocho años por abusos sexuales.