Filipinas prohíbe y sanciona los piropos y chistes sexistas

Redacción LA VOZ

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La nueva norma define una amplia gama de actos ofensivos contra mujeres como gritos, silbidos, insultos machistas y comentarios misóginos

16 jul 2019 . Actualizado a las 20:30 h.

Filipinas estrena ley contra el acoso sexual. La firma de la misma, bautizada como Ley de Espacios Seguros, se realizó en abril, pero no fue hasta ayer que se anunció su aprobación por el presidente del país, Rodrigo Dutarte, conocido político por sus comentarios sexistas e incluso bromas por violaciones. La aplicación de esta ley prohíbe precisamente este tipo de declaraciones, así como piropear o silbar a una mujer por la calle. 

La promotora de este proyecto de ley, la senadora de la oposición Risa Hontiveros, consideró la aprobación una «victoria masiva» contra la «cultura creciente de groseras acciones sexistas en nuestras calles y comunidades». Ya en febrero, Hontiveros adelantaba que con ella «recuperaremos nuestras calles de acosadores sexuales e intolerantes de género y haremos espacios públicos seguros para todos». 

 Desde silbidos hasta chistes sexistas

La nueva norma define una amplia gama de actos ofensivos contra mujeres como gritos, piropos, silbidos, miradas intrusivas, actos misóginos, insultos machistas, comentarios sexistas, chistes sexuales o cualquier acto que implique «invadir o amenazar el espacio personal o la seguridad física».

La ley, que también se aplicará en el mundo online, obliga a bares, restaurantes, cines y otros lugares de recreación que instalen señales de advertencia, claramente visibles, para informar a los posibles infractores, incluido un número de línea directa para la notificación rápida de delitos.

Los castigos incluyen multas y encarcelamiento dependiendo de la gravedad de la ofensa, que en el caso de infractores extranjeros implicarán la deportación después de cumplir una pena de cárcel o pagar la multa correspondiente.

Duterte, en el centro de la polémica

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, ha estado en el centro de la polémica en numerosas ocasiones por sus comentarios misóginos, sexistas y despectivos hacia las mujeres. 

El caso más sonado ocurrió en el mes de junio del año pasado, cuando Duterte forzó un beso en los labios a una mujer en un acto público con la comunidad filipina de Seúl, lo que desató numerosas críticas y manifestaciones por parte de colectivos feministas. 

Pocas semanas después él mismo confesó públicamente que prefería contar con hombres para los cargos importantes de su Gobierno porque, en su opinión, «pueden recibir un aluvión de órdenes sin quejarse», mientras que las mujeres sólo serían adecuadas para algunos puestos, como las carteras de Turismo o Educación.

En el pasado también instó a los militares del Ejército filipino a disparar en la vagina de las guerrilleras comunistas para que no pudieran procrear; ofreció «42 vírgenes» a cada turista que visitara Filipinas o bromeó con el caso de una monja australiana violada y asesinada en 1989.