Las demócratas insultadas piden no picar en el anzuelo de Trump

Carlos Pérez Cruz WASHINGTON / E. LA VOZ

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Las cuatro congresistas demócratas a las que Trump dedicó insultos racistas por sus orígenes
Las cuatro congresistas demócratas a las que Trump dedicó insultos racistas por sus orígenes ERIN SCOTT

El partido, a pesar de sus divisiones internas, une fuerzas para criticar el «racismo» del presidente

17 jul 2019 . Actualizado a las 08:31 h.

Donald Trump se queja de que sus tuits no tienen el impacto que tenían al comienzo de su presidencia, aunque él lo atribuye más a una presunta censura de Twitter que al posible cansancio de sus usuarios. La realidad es que el presidente sigue recurriendo a la inflamación de las redes sociales cada vez que necesita redirigir la atención de los medios.

La teoría de las cuatro congresistas demócratas objeto de sus ataques durante esta semana es que los insultos racistas que les ha dirigido Trump, invitándolas a que se vayan «de vuelta a los lugares de los que vienen» -las cuatro son estadounidenses, tres de ellas nacidas en el país, ninguna blanca caucásica- son una maniobra de distracción para tapar unas políticas que definen como «inhumanas». El consejo de Ayanna Pressley, una de las aludidas junto a Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar y Rashida Tlaib, es «no picar el anzuelo». 

Una bilis poco espontánea

Aunque sus diatribas parezcan espontáneas, la «bilis» que brota de la boca de Trump, tal y como la calificó Omar, resulta más calculada de lo que aparenta. El lunes, durante una intervención en la Casa Blanca, el presidente subió el tono hasta el punto de acusar falsamente a Omar de considerar como «maravillosa» a la organización terrorista Al Qaida. Un fotógrafo de The Washington Post capturó el folio de notas de Trump, donde se podía leer incluso la transcripción fonética del nombre de esta organización, «Alcaida», también los mensajes con los que volvió a abundar en la idea de que «si no estás contento aquí, te puedes ir» del país.

Una invitación que han escuchado muchos estadounidenses afroamericanos o de origen latino, pero que difícilmente se dirige a aquellos con antepasados escoceses o a una eslovena de nacimiento.

Donald Trump pretende vincular al Partido Demócrata con el «comunismo» de las políticas «radicales» del «escuadrón», extender el miedo entre votantes moderados y ahondar en la división interna demócrata, la que hay abierta entre la socialdemocracia que defienden las cuatro con pasión activista y la moderación del establishment demócrata, encarnado por la portavoz de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Y ahí Trump ha pinchado en hueso. La propia Pelosi ha propuesto una votación de la Cámara Baja para «condenar con firmeza los comentarios racistas de Trump». El presidente, ayer a la defensiva, escribió: «No tengo un solo hueso racista en mi cuerpo». Ocasio-Cortez le dio la razón en Twitter: «Usted no tiene un hueso racista en su cuerpo. Usted tiene una mentalidad racista en su cabeza y un corazón racista en su pecho».