El aterrizaje de Von der Leyen en la Comisión Europea será turbulento

Cristina Porteiro
cristina porteiro BRUSELAS / CORRESPONSAL

ACTUALIDAD

CLEMENS BILAN | EFE

Tomará el relevo un día después del «brexit» con los presupuestos próximos a caducar

18 jul 2019 . Actualizado a las 08:35 h.

Sabía lo que se le venía encima cuando en su discurso de agradecimiento Ursula von der Leyen admitió que le espera un verano sofocante. No se refería al calor, ausente en Bruselas, sino a los preparativos para tomar el bastón de mando de la Comisión Europea (CE), hoy en manos de Jean Claude Juncker. La alemana no ha querido esperar a que se le pase la resaca de su triunfo en la Eurocámara para ponerse manos a la obra. En la capital comunitaria le espera una oficina, personal de apoyo y equipos informáticos para preparar un aterrizaje que será turbulento.

¿Cuándo tomará el timón de la Comisión?

El 1 de noviembre dará comienzo la novena legislatura. Von der Leyen tomará las riendas del Berlaymont ese día. Junto a ella, el equipo de 26 comisarios y el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores que tendrá que designar antes de septiembre, cuando está previsto que empiecen las audiencias públicas a las que se deberán someter cada uno de ellos para recibir el aprobado del Parlamento Europeo.

¿Por qué su aterrizaje será turbulento?

Su estreno coincide con una jornada apocalíptica: el día uno después del brexit. La salida del Reino Unido está prevista para el 31 de octubre y, a pesar de que la UE ha preparado toda la artillería para resistir el vendaval que se avecina, gestionar las tensiones por el cierre de fronteras, el bloqueo del transporte y el comercio, será una auténtica prueba de fuego para la alemana. Eso si se llega a producir porque los tories siguen descabezados y Von der Leyen se ha mostrado dispuesta a aplazar la fecha del divorcio. Otra urgencia que llama a su puerta es la negociación de los presupuestos europeos (2021-2027). Se acerca la fecha de caducidad de los actuales y sin una hucha renovada no se van a poder financiar las ayudas de la PAC, el programa Erasmus o las estrategias de digitalización de la economía, entre otras cosas. Sin dinero, la actividad se paraliza.

¿Cuáles son los peligros que acechan su mandato?

Von der Leyen hereda una UE dividida. No solo se mantienen abiertas las heridas entre el norte y el sur por la crisis o la persistente desconfianza entre el este y el oeste por la deriva antidemocrática de países como Polonia y Hungría. Cualquier iniciativa que tome, en materia de igualdad, de derechos laborales, Estado de derecho, refuerzo de las fronteras, gestión del asilo o lucha contra la emergencia climática, necesitará el apoyo de una Eurocámara balcanizada, donde hasta el último voto se vende muy caro. Tendrá que hacer gala del mismo contorsionismo político que utilizó para superar la votación del PE. Otro de los riesgos es el del estancamiento en el proceso de integración de la zona euro. Halcones como Holanda y Finlandia se resisten a levantar su veto a una garantía de depósitos europea o a un seguro de desempleo común.

¿Cómo se llevará con Donald Trump?

Una de las grandes tareas en las que se tendrá que emplear será mantener a raya la incontinencia política y verbal del presidente estadounidense. Juncker supo sobrellevar con inteligencia sus bravuconerías, pero Von der Leyen tiene un perfil radicalmente distinto. Representa todo lo que no le gusta a Trump: es mujer, alemana y de carácter fuerte. Fue de los pocos ministros de Defensa que cuestionaron al magnate en la OTAN al calificar sus argumentos de «inmaduros» y negarse a cumplir los plazos exigidos por EE.UU. para alcanzar el objetivo de gasto en Defensa. Los precedentes auguran una legislatura tormentosa.

Un equipo híbrido para contentar a todos, con Vestager y Timmermans de vicepresidentes

 

«Unidos en la diversidad», es el lema de la UE que Ursula von der Leyen va a tener que aplicar a rajatabla para dar cuerpo al futuro Ejecutivo comunitario. El equilibrio entre sexos, el geográfico y el político son los tres criterios básicos que va a tener que cumplir al repartir las carteras. Así que se avecina un equipo de comisarios más híbrido que el actual.

Las promesas que hizo para granjearse el apoyo de las otras dos grandes familias políticas se traducirá en la creación de una vicepresidencia bicéfala con el socialdemócrata Frans Timmermans a un lado y la liberal Margrethe Vestager a otro. Difícil de imaginar y más aún de gestionar. ¿Seguirá el holandés al frente de los expedientes sobre el Estado de derecho? Polonia y Hungría lo detestan y, teniendo en cuenta que el centro y este de Europa han salido con las manos vacías del reparto de altos cargos, es posible que Von der Leyen le asigne otras competencias.

De lo que no hay duda es de que las carteras más golosas irán para el este. El letón Valdis Dombrovskis y el austríaco Johannes Hahn quieren repetir. Sabiendo que se sumará Josep Borrell al frente de la diplomacia europea, el equipo cojea por el flanco de la paridad. Habrá que ver cómo encaja Von der Leyen a los ecologistas. Le han pedido al menos cuatro carteras a cambio de su apoyo, pero desde las capitales presionan para que solo sea una, Clima o Medio Ambiente.