Un juzgado de Málaga suspende la pena de prisión para el joven que mató a un ladrón

Borja siempre ha querido permanecer en el anonimato, pero su caso alcanzó relevancia pública porque tenía que cumplir una pena de dos años por matar a un ladrón que acababa de robar un bolso. El 8 de febrero del 2015, en la localidad malagueña de Fuengirola, el joven salió en defensa de una limpiadora. A la chica la acaban de atracar. El vio lo ocurrido y corrió detrás del delincuente. Cuando lo alcanzó le propinó dos puñetazos, que llevaron al ladrón al suelo. Este sufrió un traumatismo craneoencefálico y falleció dos días después de ocurridos los hechos.

El joven siempre dijo que solo quiso auxiliar a la víctima y recuperar lo que le habían sustraído a la mujer. Se defendió cuando la víctima le agredió, ya que tenía «pánico» porque había visto como el ladrón y su pareja habían pateado a la mujer en el suelo. El fallecido tenía antecedentes de alcoholismo y drogadicción y el día que intentaba perpetrar el robo estaba en busca y captura para su ingreso inmediato en prisión por diferentes causas penales.

Borja fue condenado a dos años de prisión por un juzgado malagueño y a pagar 180.000 euros de indemnización. La Audiencia de Málaga ratificó la sentencia que lo obligaba a entrar de inmediato prisión. Pero este lunes, el mismo juzgado que le impuso la pena por homicidio imprudente decidió suspenderla durante los próximos cuatro años. Este beneficio se le concede con la condición de que no vuelva a delinquir, que comunique cualquier cambio de domicilio y que satisfaga la responsabilidad civil «en la forma y plazos que finalmente se determine», según señala en el auto.

El abogado defensor del joven, Alfredo Herrera Rueda, aseguró tras su condena que se daba «un mal mensaje» a la sociedad cuando se criminaliza y castiga una conducta solidaria de un joven y hace pensar que, ante una situación como esa, «lo mejor es mirar para otro lado y no complicarse la vida».

Más de 174.000 euros

A Borja le quedan 174.000 euros por abonar. Vox había iniciado una campaña para ayudarlo económicamente. Recaudó 110.000 euros, una dinero que Borja inicialmente rechazó para evitar cualquier protagonismo. Pero el hecho de que lo conseguido fuese a través de una campaña anónima y no pudiese ser devuelto llevó a Borja a aceptarlo. Se da la circunstancia de que el líder de Vox en Fuengirola fue uno de los policías nacionales que detuvieron al joven.

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