Los lanzamientos de cuchillos dialécticos empezaban a las ocho de la mañana de este jueves decisivo. Ábalos echaba el jarro de agua fría definivo al anunciar a mediodía que el acuerdo no era posible

La mañana de este jueves 25 de julio no ha sido precisamente de la típica de un bien avanzado verano. Desde luego, las primeras horas del jueves no han sido aptas para cardíacos, especialmente para aquellos que sientan los colores socialistas o morados. Tampoco para aquellos que se hayan visto directamente envueltos en una negociación que apenas ha llegado al último minuto de la sesión de investidura definitiva.

La mañana del 25 de julio empezaba calentita. Los líderes de los dos equipos negociadores se echaban los trastos a la cabeza en los diferentes medios de comunicación desde las ocho de la mañana.

Carmen Calvo a su llegada a la Ejecutiva Federal del PSOE
Carmen Calvo a su llegada a la Ejecutiva Federal del PSOE Zipi | EFE

Carmen Calvo echaba toda la culpa a los de Pablo Iglesias en la SER. Su frase -«Nos han pedido el Gobierno entero»- quedará en el recuerdo por mucho tiempo. Así expresaba la vicepresidenta del Gobierno su duda en la voluntad de pacto ya que, según la líder socialista, los morados querían «el control de todos los ingresos y la mitad del gasto».

Y es que a última hora del miércoles las negociaciones ya no eran fáciles. Saltaba la noticia de que Podemos aspiraba hasta a cinco ministerios.

Echenique al ataque

Los cuchillos por parte de Podemos los lanzaba el otro líder negociador: Pablo Echenique. También en todos los medios y en directo aseguraba que la negociación había sido un caos. «No tengo confianza en que vuelvan a sentarse», decía cuando comenzaba el día y mantenía que Podemos no quería llegar al Gobierno «para figurar». Puestos sí, pero con influencia.

Todo esto no pasaba en horas, sino en minutos.  

La portavoz adjunta de Unidas Podemos en el Congreso, Ione Belarra, echaba más leña al fuego al decir que la actitud de Podemos ha sido alcanzar un acuerdo hasta el «último minuto» a pesar de que, lamentaba, los socialistas dieron el miércoles por «rotas» las negociaciones.

Desde Galicia

Sobre las diez de la mañana entraban en escenas algunas voces periféricas en este embrollo, pero con un profundo peso en el devenir político, como Alberto Núñez Feijoo. Justo antes de que comenzase la ofrenda al Apóstol en Compostela, el líder del PP en Galicia daba por terminado este capítulo de la investidura.

«Si lo hubiese (gobierno), nace muerto o muy tocado», aseguraba Feijoo en la SER justo antes de comentar que su fórmula perfecta era la alianza PP-PSOE-Ciudadanos para darle «una solución a España».

Óscar J.Barroso - Europa Press

El PSOE se defiende

A las 10.20 la ministra de Hacienda en funciones, María Jesús Montero, avanzaba la que a esa hora era la posición de los socialistas y que poco después cobraría sentido. La líder socialista aseguraba que el Gobierno no iba «a ceder competencias tan importantes» como «justicia social y todo lo relacionado con impuestos y tributos».

Mientras, los socialistas comenzaban a reunirse en la sede de Ferraz. Velaban armas durante toda la mañana sin declaraciones de Pedro Sánchez.

Los otros socios

De por medias, ERC y Bildu (también socios, aunque empezaban la mañana en un segundo plano) se inclinaban por la abstención. Gabriel Rufián pedía al PSOE que levantase el veto a Iglesias y que se aceptase la oferta de ministerios que había puesto sobre la mesa Podemos.

Aizpurua y Rufián comparecieron en el Congreso
Aizpurua y Rufián comparecieron en el Congreso BALLESTEROS | EFE

Eran solo las 10.44 de la mañana. En solo media hora iba a estallar una de las bombas informativas del día. Cuando se daba todo por perdido, noticia de última hora: Podemos enviaba al PSOE una última, pero no menos ambiciosa propuesta. Sus condiciones: una vicepresidencia social, Sanidad, Trabajo y Ciencia y Universidades.

Eduardo Parra | EUROPA PRESS

Una iniciativa que ponía luz sobre el proceso, pero que en solo diez minutos quedaba desactivada: el PSOE decía que no. Remitía a la formación morada a su última posición, la de la noche del miércoles. De ahí, dijeron, ya no se moverían.

Echenique y Baldoví compareciendo ante la prensa
Echenique y Baldoví compareciendo ante la prensa MARISCAL | EFE

A las 12.10 otro actor entraba en juego. Compromís anunciaba su abstención. ¿Por qué? Joan Baldoví apuntaba en TVE que se sentían ninguneados. «El PSOE no se ha puesto en contacto con nosotros, está legitimando nuestra abstención. Están haciendo poco por sumar otros votos».

Izquierda Unida se desmarca

No hubo que esperar mucho más, solo 15 minutos, para que otra noticia hiciese saltar todo por los aires. Un anuncio casi simultáneo de Izquierda Unida y el PSOE.

El partido de Alberto Garzón, integrado en Unidas Podemos, anunciaba que iba a abstenerse en la votación si no había pacto. Su líder aseguraba que estaba mediando entre PSOE y Unidas Podemos para alcanzar un acuerdo.

No pudo ser larga esa mediación cuando uno de los hombres fuertes de la formación socialista daba la estocada. José Luis Ábalos comunicaba que el acuerdo no era posible y hacía llegar el mensaje a los grupos parlamentarios.

Aún habría tiempo para aclaraciones sobre lo sucedido en las últimas horas. A las 13.00 Carmen Calvo aclaraba que sí habían recibido la propuesta de Podemos, pero que no la consideraban una novedad porque se trataba de la misma petición que hizo ayer Pablo Iglesias a Pedro Sánchez y este le dijo que no.

Ballesteros

A las 13.20 la posibilidad de pacto se iba definitivamente al garete. Podemos anunciaba su abstención y, con ella, cualquier esperanza de investidura de Pedro Sánchez.

Aún así, la sesión en el Congreso no estuvo falta de revuelo. Con todo perdido, Iglesias lanzaba un órdago: renunciaría a Trabajo por las políticas activas de empleo.

Un giro más de una mañana con los políticos al borde de un ataque de nervios.