La opción de un «brexit» salvaje abre el debate de la reunificación irlandesa

Rita Álvarez Tudela LONDRES / E. LA VOZ

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El primer ministro británico, Boris Johnson, junto a su secretaria de Interior, Priti Patel
El primer ministro británico, Boris Johnson, junto a su secretaria de Interior, Priti Patel POOL | REUTERS

El Sinn Féin exigió un referendo a Johnson durante su visita a Irlanda del Norte

01 ago 2019 . Actualizado a las 08:25 h.

El primer ministro británico, Boris Johnson, continuó ayer su periplo por las regiones del país haciendo una parada en Irlanda del Norte, donde quiere que se restaure el Gobierno y se encuentre una solución para la frontera irlandesa, el principal escollo en la negociación del brexit.

Desde el Sinn Féin advirtieron al premier de que una salida sin acuerdo abre la puerta a una reunificación de Irlanda, que debería decidirse en referendo, además de recordar que los norirlandeses votaron a favor de la permanencia en el bloque común en la consulta de hace casi tres años, con un 55,8 % de los votos.

Mientras, la preocupación aumenta entre los 1,8 millones de norirlandeses por el futuro de una frontera de 500 kilómetros, hasta ahora invisible y crucial para la economía de la zona. Y Johnson, lejos de tender puentes, atiza a Bruselas pidiendo que elimine la salvaguarda y se niega a celebrar nuevas conversaciones con los líderes de la UE hasta que acepten este punto de partida.

Johnson mandó a Bruselas a su emisario estrella, el consejero para Europa, David Frost, para llevar su exigencia y repetir una vez más que el Reino Unido abandonará la UE el 31 de octubre, con o sin acuerdo. Mientras las disputas entre Londres y Bruselas siguen, la incertidumbre causó un descalabro de la libra y el Banco de Irlanda pronostica una pérdida de 34.000 empleos si hay un brexit sin acuerdo en octubre.

Irlanda del Norte, por su parte, lleva sin formar Gobierno desde enero del 2017, cuando el principal partido unionista, DUP, y los nacionalistas del Sinn Féin se vieron incapaces de renovar el Ejecutivo compartido al que les obliga el acuerdo de paz. Un fallido proyecto de energía verde provocó el fracaso del acuerdo entre católicos y protestantes, en una fractura que luego pasó a incluir otras diferencias en cuestiones culturales y políticas.

El Gobierno británico debe seguir el principio de «completa imparcialidad» en la negociación, pero la cena del Johnson con los diputados del DUP, su socio de gobierno en Westminster, fue motivo de críticas al líder conservador por su cuestionable supervisión de las ya de por sí complicadas negociaciones.

Durante su visita, Johnson instó a los cinco partidos de la región a intensificar sus esfuerzos para restaurar el Gobierno, pero no será una tarea fácil.