Alemania aprueba indemnizar a los refugiados de la RDA

patricia baelo BERLÍN / CORRESPONSAL

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NANI ARENAS

Por primera vez la Justicia autoriza compensar por las consecuencias físicas o psicológicas generadas por el Muro

05 ago 2019 . Actualizado a las 08:40 h.

Entre la fundación de la República Democrática Alemana, en octubre de 1949, y la apertura de la frontera, cuarenta años más tarde, cerca de 3 millones de ciudadanos, de un total de 17 millones, abandonaron el Este en busca de una vida mejor. Casi tres décadas después, se desconoce la cifra de aquellos que murieron intentando cruzar el Muro, que fue erigido el 13 de agosto de 1961 para separar al país en dos. Lo que sí se sabe es que, cuando este cayó, el 9 de noviembre de 1989, la República Federal Alemana, el Oeste, había recibido más de 220.000 refugiados de la ya extinta RDA.

Ahora la Justicia acaba de dictar que todos aquellos que sufrieron en sus carnes el muro de hormigón, los alambres de espinos, la franja de la muerte, las torres de vigilancia, los métodos de autodisparo y los soldados armados hasta el cuello podrán ser indemnizados. Así lo decidió hace unos días el Tribunal Administrativo Federal con sede en Leipzig, que se basa en la inconstitucionalidad del sistema fronterizo levantado por las autoridades de la RDA. Un fallo calificado de histórico, que abre la vía a compensaciones masivas para los que fueron obligados a vivir separados de sus allegados durante décadas.

Demanda judicial

Es la reacción a la demanda interpuesta por un berlinés de 56 años, que tenía 26 cuando huyó junto a su hermano la noche del 20 de diciembre de 1988. «Se pusieron a cubierto entre el lodo y esperaron varias horas», cuenta su abogado, Thomas Lerche. Al alba rompieron con una cizalla la primera alambrada y escalaron con ayuda de escaleras. Avanzaron gracias a que llevaban varias capas de ropa, para protegerse de los espinos, y a la niebla, que evitó que fueran descubiertos. Pero en la última de las verjas el querellante se quedó atrapado, así que dos soldados le vieron y apuntaron con sus kalashnikov sin llegar a disparar.

Finalmente los hermanos lograron entrar en la parte occidental de Berlín. Sin embargo, la huida de más de doce horas traumatizó para siempre al fontanero, que desde entonces padece una enfermedad psíquica. «El querellante ha expuesto de forma clara y coherente cómo las instalaciones del Muro dejaron consecuencias permanentes en su salud», señala la presidenta del tribunal, la jueza Ulla Held-Daab. De esta forma, el hombre podrá solicitar una indemnización a las autoridades administrativas de la capital, que tardará entre dos y tres años. Una suma que aún está por convenir y con la que podrá financiar su tratamiento.

Antes lo había intentado con el Ministerio de Interior del estado federado de Brandemburgo y la Audiencia Provincial de Potsdam, sin éxito. Ambos argumentaron que el muro fronterizo fue una medida de la RDA contra toda la población y no contra individuos concretos. «El uso de semejante violencia contra una persona que huye es una medida individual muy concreta», responde Held-Daab en una sentencia que anula las dos anteriores.

Lerche, que representa desde hace diez años a víctimas de la RDA en todo el país, asegura que un día después del veredicto recibió muchas solicitudes de personas que confían en poder ser compensadas por los daños igual que el demandante berlinés. «Hasta ahora ese derecho quedaba solo reservado a aquellos que habían sido encarcelados por el régimen al intentar huir o por motivos políticos. Salvo raras excepciones, el Estado todavía no ha reconocido lo que han sufrido los refugiados de la Alemania comunista», dice el letrado. Para la asociación Gegenwind, que presta asistencia psicológica a los traumatizados por la dictadura, es un paso decisivo.