Trump: «Las enfermedades mentales y el odio aprietan el gatillo, no las armas»

CARLOS PÉREZ CRUZ WASHINGTON / E. LA VOZ

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Chris Kleponis | Efe

El presidente condena el supremacismo blanco, pero elude cambios en las leyes de armas

06 ago 2019 . Actualizado a las 10:08 h.

Entre el Donald Trump de los discursos institucionales y el Donald Trump de Twitter o los mítines hay un mundo de matices, y no precisamente sutiles. El presidente compareció ayer en la Casa Blanca para valorar los ataques armados del pasado fin de semana en El Paso (Texas) y en Dayton (Ohio) que han dejado 31 muertos y decenas de heridos. De forma inequívoca, condenó «el racismo, la intolerancia y el supremacismo blanco» que está detrás de la matanza de El Paso, en el que un joven de 21 años actuó para acabar con la «invasión de hispanos» que vive Estados Unidos.

La retórica de la «invasión» es la misma que utiliza repetidamente Trump para referirse a los inmigrantes, razón por la que los grupos de supremacismo blanco han elogiado en más de una ocasión al presidente. Su discurso los ampara y ha llegado a detectar «buena gente» entre ellos, como hizo después de los disturbios de Charlottesville que dejaron a una antifascista atropellada por un supremacista.

La distancia entre sus condenas institucionales y su discurso cotidiano es el espacio que favorece el crecimiento de los grupos de odio. Antes de dirigirse a la nación, Donald Trump recurrió a Twitter para exponer una propuesta que no incluyó en su discurso institucional.

Pidió a republicanos y demócratas que se unan para «lograr revisiones de antecedentes» de los compradores de armas «más fuertes», a la vez que pedía que esta medida fuera ligada a una reforma de la ley migratoria «que necesitamos desesperadamente». Con los cuerpos de una matanza motivada por el odio todavía calientes, solo un presidente como Trump es capaz de vincular un leve refuerzo de las laxas leyes de armas del país con un endurecimiento de la ley migratoria.

En sus reflexiones desde la Casa Blanca, Donald Trump tampoco incluyó su idea sobre la responsabilidad de los medios de comunicación en el incremento de la «ira y la rabia» del país, como sí lanzo en Twitter. El presidente establece un vínculo entre la supuesta falta de «equilibrio y parcialidad» de los medios con la violencia armada. El remedio, según Trump, es una cobertura «justa» de su presidencia. Él no asume ninguna responsabilidad.

Donald Trump excluyó de su diagnóstico institucional el fácil acceso a pistolas y rifles de asalto. «Son las enfermedades mentales y el odio las que aprietan el gatillo, no las armas», sentenció con lenguaje propio de la Asociación Nacional del Rifle. Limitándose a leer un discurso escrito de antemano, Trump apuntó contra «los peligros de Internet y de las redes sociales», subrayó el riesgo de los videojuegos «que glorifican la violencia» y promovió una reforma de las leyes de salud mental «para identificar mejor a los perturbados mentales». 

Leyes de armas

Sobre la reforma de las leyes de armas, Trump se refirió de pasada al endurecimiento de la revisión de antecedentes (al igual que ya hizo tras el tiroteo en un instituto de Florida, en febrero del 2018, e ignorando que son los republicanos quienes lo impiden en el Senado) y dio su apoyo a las leyes de «bandera roja», que permiten a la autoridad confiscar armas a personas sospechosas de planear ataques o infligirse daño.