La gran epidemia supremacista crece ante el silencio cómplice de los republicanos

ESPERANZA BALAGUER NUEVA YORK / E. LA VOZ

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Cruces de madera ante el centro comercial de El Paso en homenaje a todas las víctimas
Cruces de madera ante el centro comercial de El Paso en homenaje a todas las víctimas LARRY W. SMITH | Efe

Se escudan en Trump para evitar impulsar el control de las armas, mientras los demócratas claman por un cambio legislativo tras los tiroteos del pasado fin de semana

06 ago 2019 . Actualizado a las 21:30 h.

Donald Trump no está solo en su resistencia a abordar una reforma legislativa para el control de armas. Los líderes republicanos en el Congreso le apoyan en la sombra conscientes de su estrategia de continuar con su discurso antiinmigración de cara a las elecciones presidenciales del 2020. Los 31 fallecidos por los tiroteos de este fin de semana en El Paso (Texas) y en Dayton (Ohio) no les han hecho cambiar de opinión. Los republicanos ignoran las llamadas demócratas a abordar un cambio legislativo.

Se sienten más cómodos culpando de las matanzas a los problemas de salud mental que enfrentándose a la Asociación Nacional del Rifle y a su base más conservadora. La oferta lanzada el lunes por Trump pasa por endurecer la revisión de los antecedentes penales y aprobar una ley de «bandera roja» que permita confiscar las armas a personas sospechosas de planear ataques o infligirse daño. El líder republicano en el Congreso Mitch McConnell se escuda en una llamada a la negociación bipartidista.

Esta resistencia choca con el aumento de las alarmas por los ataques supremacistas alentados por el discurso racista de Trump. La Asociación de Agentes del FBI exigió ayer a los miembros del Congreso que codifiquen el terrorismo doméstico como un delito federal ante «la principal amenaza» que representa para el país, advirtió su presidente, Brian O’Hare, en un comunicado.

Un grupo de exfuncionarios de antiterrorismo de alto rango emitió un comunicado en el que alertó de que los ataques supremacistas se han convertido en un riesgo tan alto como el terrorismo internacional, tras el 11 de septiembre del 2001. «Es hora de tener abordar una discusión seria», advirtió en la cadena NBC, John Miller, comisario de Inteligencia y Contraterrorismo de la Policía de Nueva York.

Los expertos alertan de que EE.UU. debe replantearse las prioridades de seguridad nacional para hacer frente al aumento de la extrema derecha. La más crítica con el presidente fue la alcaldesa de Dayton, donde este fin de semana murieron 9 personas, la demócrata Nan Whaley.

«No tengo ni idea de lo que pasa por su cabeza», declaró en una rueda de prensa, donde pidió la prohibición de las armas semiautomáticas. «Es un tema en el que no pasa nada y necesitamos que pase algo, así se lo diré a él», añadió. Trump visitará este miércoles los dos escenarios de las matanzas en pleno duelo.

Cómplices de la retórica racista del presidente que imitan su discurso

Los republicanos navegan entre el silencio cómplice y el apoyo directo a la retórica racista de Trump. Entre enero y febrero, el presidente publicó cerca de 2.200 anuncios en su página personal de Facebook en los que se hacía referencia a la inmigración como «invasión», según datos recopilados por Media Matters. Desde el pasado mayo, al menos 9 políticos republicanos han imitado a Trump en las redes con el mismo argumento dirigido a alentar el discurso supremacista blanco.

Entre ellos, los senadores por Tennesse Marsha Blackburn y John Rose; y el presidente del Partido Republicano de Florida, Joe Gruters. Facebook, por su parte, hace caja y mira hacia otro lado ante estos anuncios en contra de su prohibición de los ataques a personas por su condición migratoria.