Imputan al dueño ruso de Dia por forzar la quiebra de la española Zed para comprarla barata

La Voz / Europa Press REDACCIÓN

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MIKHAIL FRIDMAN

Después de que la tecnológica entrara en concurso, la adquirió por 20 millones de euros

08 ago 2019 . Actualizado a las 08:22 h.

El juez de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón ha acordado citar a declarar como investigado al magnate ruso Mijaíl Fridman, máximo accionista de la cadena de supermercados Dia, por su presunto liderazgo en una operación financiera que llevó a la quiebra a la empresa española Zed WorlWide, según informaron fuentes jurídicas a Europa Press.

El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 acepta investigar al inversor ruso después de que la Fiscalía Anticorrupción lo solicitase en un escrito en el que considera a Fridman como la persona que controló toda una serie de «maniobras» para provocar la «asfixia económica» de la tecnológica española para después adquirirla por 20 millones de euros, un precio muy por debajo al que tenía antes de esos movimientos.

En noviembre del 2017, unos meses después de explotar la operación Hanta por la que fue detenido Pérez Dolset, Fridman remitió un escrito a la Fiscalía Anticorrupción en el que se desmarcaba de cualquier responsabilidad en las decisiones empresariales que pudieron haber derivado en la insolvencia de Zed.

Sin embargo, un reciente informe policial que obra en el sumario pone en duda esa versión sosteniendo, con un análisis pormenorizado del funcionamiento de las empresas así como con mensajes de WhatsApp y correos electrónicos de distintos implicados, que Fridman ostentaba «el poder fáctico y directo» sobre los directivos y las decisiones que adoptaron y que causaron un perjuicio patrimonial al accionariado español de Zed.

Así, del análisis de toda la información conseguida a lo largo de esta instrucción, el fiscal José Grinda considera que el inversor ruso lideró «una práctica que se conoce en el entorno criminal ruso como raider (asalto o ataque) o absorción ilegal de empresas, por lo que pidió que su investigación.

El escrito de Anticorrupción afirma que la finalidad de las decisiones de Fridman era «el apoderamiento total de una compañía mediante un procedimiento complejo que se vale de actuaciones de distinta intensidad, ejecutadas en diversas líneas y que culmina con una situación de bloqueo institucional y económico de la compañía (insolvencia), para adquirirla a un precio irrisorio muy inferior al de mercado».

Posición de privilegio

El representante del Ministerio Público describe toda la operativa llevada a cabo y destaca que el empresario ruso alcanzó una «posición de privilegio frente a cualquier tipo de decisión» del Grupo Zed cuando se convirtió en uno de los principales acreedores de la compañía en el 2013.

Y es que, según se señala en el escrito, la entidad crediticia Amsterdam Trade Bank, una de las que prestó dinero a la tecnológica para sacar adelante el Proyecto Zeus, con el que se planeó su salida a Bolsa en el mercado estadounidense Nasdaq, pertenecía a un grupo cuyo propietario es Fridman.

A todo ello se sumó a una acción de «presión y ahogo económico» para Zed WorlWide que desarrollaron otros de los socios rusos de Fridman, con los que se planificó una «estrategia ilegal de interrupción de pagos de dividendos de las filiales rusas que dio lugar a una falta total de liquidez», indica el fiscal.

Por otro lado, otras de las sociedades de Fridman, Vimpelcom, aprovechó la situación de «descontrol e irregularidad» en la que se encontraba ya Zed para «reducir o eliminar» los contratos suscritos con el grupo chipriota Temafon, del que la tecnológica de Pérez-Dolset había adquirido el 50,1 % de su capital en el 2009, sin que conste que se hubiera producido un incumplimiento del objetivo, ni siquiera una prestación defectuosa de las obligaciones pactadas.

Asfixia económica

Según el fiscal, el objetivo era lograr la «asfixia económica» de Zed con la «pérdida de capitales en presuntas comisiones ilegales». En este sentido, destaca que Fridman era conocedor de las obligaciones crediticias que el grupo español tenía contraídas, así como su «imposibilidad de hacer frente a dicho préstamo si se producía una reducción sensible de los ingreso procedentes del mercado ruso».

La situación de paralización societaria, la falta de liquidez y el bloqueo de inversores externos llevaron a la compañía española a la insolvencia, que dio lugar a que el 30 de junio del 2016 se presentara una solicitud de declaración de concurso de acreedores de Zed. Cuatro meses después, los inversores rusos presentaron una oferta de compra por un importe de 20 millones de euros, muy por debajo del que era su valor cuando dieron comienzo las maniobras de Fridman.