La nueva estrategia del PSOE acerca el fantasma de las urnas en noviembre

Ana Balseiro
Ana Balseiro LA VOZ

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ENRIQUE CALVO | Reuters

Pedro Sánchez solo tiene en la agenda, por el momento, una reunión con el PNV, pero ni rastro de un encuentro con Pablo Iglesias

08 ago 2019 . Actualizado a las 08:24 h.

El fiasco de la investidura ha llevado al PSOE a cambiar radicalmente de estrategia de cara a conseguir los apoyos que precisa para un nuevo intento. Antes del 25 de julio los esfuerzos de los socialistas se centraron en una negociación exprés con Unidas Podemos: pasaron de negarles un Gobierno en coalición a ofrecerles una vicepresidencia social y tres ministerios. Pablo Iglesias, sin embargo, lo rechazó.

Ahora ambas formaciones se obstinan en no hablarse, más allá de la ración diaria de reproches a través de los medios de comunicación. El último ejemplo, la «desconfianza recíproca» aventada ayer por Pedro Sánchez.

En este escenario, el PSOE ha optado por relegar el contacto directo con los grandes partidos políticos -con Podemos a la cabeza, como socio preferente- y anteponer una intensa ronda de reuniones con organizaciones sociales, precisamente para que actúen como palanca y forzar a los de Iglesias a aceptar un acuerdo programático en lugar de una coalición de gobierno.

Es pronto para saber si la táctica dará o no resultado, pero lo cierto es que desde las filas de Podemos se quejan del silencio de los socialistas, que hasta el momento solo se han reunido con los valencianos Compromís (su diputado, Joan Baldoví, se abstuvo en la investidura en julio).

En la agenda de Sánchez está también marcada ya una cita con el PNV, además de su intención de reunirse con el cántabro Revilla. Tanto Iglesias como los líderes del PP y Ciudadanos, Casado y Rivera, quedan relegados a la segunda mitad del mes. Un margen que puede servir para enfriar los ánimos o para volar definitivamente los puentes.