Detenidos en Lugo por posible maltrato los padres de un bebé de dos meses que está ingresado en la uci

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La jueza los dejó después en libertad con una orden de alejamiento del menor, que quedará a cargo de los servicios sociales de la Xunta. El domicilio familiar estaba repleto de basura

21 ago 2019 . Actualizado a las 11:42 h.

Un bebé de dos meses permanece en estado grave en la uci del hospital de Lugo y tuvo que ser operado este martes de urgencia dadas las graves lesiones que presentaba en varias partes del cuerpo, entre ellas la cabeza, los ojos y los oídos. Los autores de los supuestos golpes podrían haber sido sus progenitores, que fueron detenidos y trasladados a los calabozos de la Comisaría de la Policía Nacional de Lugo. Sobre las cinco de la tarde de este martes pasaron a disposición del Juzgado de Instrucción número uno de Lugo, que lleva la investigación. Ya por la noche, la jueza los dejó en libertad con una orden de alejamiento del menor, que quedará a cargo de los servicios sociales de la Xunta.

Ella es natural de Lugo y nació en el año 1980. Él es extremeño y es dos años más joven. Además de pegarle presuntamente al pequeño, la pareja podría estar alimentándolo con leche calentada en latas.

La alerta de este posible caso de violencia doméstica partió de los servicios sanitarios, después de que la madre acudiera con el pequeño al médico. A raíz del aviso, los agentes activaron el correspondiente protocolo de actuación y solicitaron una orden de entrada en el domicilio donde residía la pareja con el bebé. Una vez en la vivienda, la policía se encontró con gran cantidad de basura y se vieron obligados a llamar al servicio de limpieza Urbaser para la retirada de los restos.

Agentes de la Policía Local vestidos con monos, calzas y mascarillas permanecieron durante horas en el número 23 de la calle Hermanos Carro, donde vivía la familia. En el lugar también trabajaron varios operarios del servicio de limpieza Urbaser, que tuvieron que hacer uso de varios vehículos para retirar toda la basura acumulada. Dado que el edificio presenta dos entradas, por la primera estacionaron un vehículo, en el que depositaban las numerosas bolsas de basura que bajaban desde el cuarto piso por el ascensor. En cuanto a la segunda calle, instalaron un camión grande y desde la propia ventana arrojaban colchones en muy mal estado, somieres oxidados y restos de mobiliario totalmente deteriorado.

Tal era la cantidad de restos que había en la vivienda que los operarios de Urbaser preveían no acabar hasta pasadas varias horas con la retirada de los restos y no descartaban que hubiera algún animal muerto en alguna de las habitaciones de la casa.

Preguntados los vecinos si no les extrañaba el fuerte olor y por qué no habían denunciado la situación, indicaron que notaban un fuerte olor a suciedad, pero nunca imaginaron que podría haber tanta basura acumulada en la casa o que en la vivienda pudiese estar produciéndose un supuesto caso de violencia doméstica. «A mí me olía a estiercol cuando bajaban pero echaba colonia para quitar el olor», explicó una de las residentes en el edificio, que afirmó que no pagaban los recibos de la comunidad.

Otro vecino del edificio indicó que en varias ocasiones se les escuchaba discutir y que el pequeño lloraba, pero nada que consideraran alarmante. «Lloraba con frecuencia pero como un bebé cualquier, nada fuera de lo nromal», afirma un vecino.

Según los habitantes del edificio, la vivienda pertenecía a los padres de ella, ya fallecidos. «Murieron hace unos años y empezó a traer al piso a gente. Montaban unas fiestas de escándalo y en varias ocasiones llamamos a la Policía porque no nos dejaban descansar. Con este hombre discutían, pero estaba la cosa más calmada, dicen los vecinos, muy sorprendidos con lo sucedido.