El Canal Historia exhumará a John Dillinger para grabar un documental

Pablo Medina REDACCIÓN / LA VOZ

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Universal Pictures

El «enemigo público número uno» de EE.UU. robó al menos 24 bancos en los años 30

26 ago 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

La última vez que el gran público supo de John Dillinger fue cuando, en el 2009, Johnny Depp encarnó al criminal en la película Enemigos Públicos. Se convirtió en el hombre más buscado de Estados Unidos en la década de los 30 y fue el causante de que el FBI le llamara el «enemigo público número uno» de América. Ahora, el Canal Historia planea exhumar el cuerpo del gánster para filmar un nuevo documental tras llegar a un acuerdo con la familia de Dillinger, según informó la revista Time.

El sobrino del forajido, Michael C. Thompson, obtuvo el pasado 3 de julio el permiso para exhumar el cadáver de su tío. Se lo concedió el Departamento de Salud del Estado de Indiana sin dar información acerca de los detalles de la futura exhumación, que tendrá lugar el 16 de septiembre en el cementerio de Crown Hill, y de dónde se procedería a otro sepelio después de que el Canal Historia termine su documental. La familia del criminal no quiso hacer comentarios sobre la operación.

La portavoz del camposanto donde descansan los restos de Dillinger, Crystal King, aseguró a Time que el cementerio no tiene ninguna información sobre la exhumación. La tumba del criminal es, según señala King, una atracción turística de gran importancia en Indianápolis. El Canal Historia correrá con todos los gastos aunque no ha revelado su cronograma de producción, confirmó un portavoz al portal Indystar.

Sepultura de hierro y cemento

El cuerpo de Dillinger fue enterrado, a petición de su padre, en una tumba que se cubrió con chatarra y cemento y se reforzó con cuatro grandes losas de hormigón y varas de hierro, a fin de evitar la profanación del lugar de descanso del gánster. Según informó Efe, Susan Sutton, de la Sociedad Histórica de Indiana, dijo a CBS que la familia temía que alguien excavara la tumba para profanar o robar los restos. De hecho, los Dillinger habían recibido ofertas de dinero para «prestar» el cadáver a fin de exhibirlo públicamente.

Dillinger fue odiado y amado a partes iguales por los estadounidenses debido a su actividad como ladrón de bancos (robó al menos 24), oficio que en la Gran Depresión se veía en ocasiones como algo heroico. Los bancos causaron gran perjuicio a la población debido a la gestión de las hipotecas, que hizo que muchos propietarios perdiesen granjas y casas. «Éste era un tipo que golpeaba a las instituciones que habían dañado a tanta gente, y la gente simpatizó con él (...) Se hizo el cuento de Robin Hood», dijo a la cadena de televisión CBS Spiros Batistatos, quien dirige un grupo que posee la mayor colección de recuerdos de Dillinger , y cuyas declaraciones fueron recogidas por Efe. Sin embargo, otros tantos lo veían como un criminal. Por ello, las figuras como este ladrón de bancos recibían una sepultura con refuerzos para evitar daños en su lugar de reposo.

La traición de la dama roja

John Dillinger murió tiroteado por agentes del FBI a la salida del teatro Biograph de Chicago en 1934. Los agentes recibieron el chivatazo de «La Dama Roja», Ana Campanas, una prostituta rumana que regentaba un burdel y que, vendiendo al forajido, pretendía obtener la ciudadanía estadounidense. Campanas obtuvo la mitad de la recompensa que se ofrecía por Dillinger y fue finalmente deportada a su país natal. El pistolero y su «Pandilla del Terror» cometieron 10 asesinatos por los que nunca pagaron y atacaron al menos cuatro comisarías. Murió con 31 años.