¿Qué pasa cuando un piloto se queda indispuesto en pleno vuelo?

Iago García
Iago García REDACCIÓN | LA VOZ

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Javier Gómez Barrero, comandante de Boeing 787 en Air Europa, detalla el protocolo de actuación cuando uno de los dos pilotos a cargo de un vuelo sufre un problema, como en el vuelo entre Manchester y Funchal de Jet2. Entre las curiosidades, no pueden comer lo mismo, por si un alimento les provoca una indisposición a ambos

30 ago 2019 . Actualizado a las 09:11 h.

Que un piloto, como en el vuelo de Jet2 entre Manchester y Madeira sufra un desmayo y otro se quede solo a cargo de una aeronave no es habitual, pero tampoco extraordinario. Que además un compañero esté entre el pasaje y colabore en un aterrizaje de emergencia en Oporto es algo que está recogido en el protocolo que conocen los profesionales de aviación y que vamos a desgranar a continuación. Cabe recordar que tanto la normativa de la Agencia Europea de Seguridad Aérea como la Administración Federal de Aviación estadounidense obligan a que los vuelos comerciales sean operados obligatoriamente por al menos dos pilotos. Tras la tragedia de Germanwings (un solo piloto tomó el control y estrelló el aparato), además, quien esté a los mandos no puede nunca quedarse solo, estando acompañado por un tripulante de cabina.    

1. La asistencia médica, primordial

El lucense Javier Gómez Barrero, comandante de Boeing 787 en Air Europa, pone de relevancia la necesidad inicial de atender a quien se encuentra mal. «Ante una emergencia médica, tanto de un pasajero como de un piloto, lo primero es pedir asistencia médica. Después, siempre se pregunta si hay algún otro piloto a bordo», detalla. 

2. Dos, tres o más pilotos en cabina

Aunque la norma obliga a que al menos haya dos pilotos a los mandos para evitar problemas, si el vuelo es de larga distancia o se produce una grave crisis a bordo, el número puede aumentar. De hecho, cuando un piloto vuela como pasajero se le considera Extra Crew (tripulación extra) -también le ocurre a los tripulantes auxiliares- y tiene la obligación de identificarse ante toda la tripulación para poder ayudar en caso de emergencia. «Esa facilidad para viajar en los vuelos que tenemos los profesionales, ha servido en varias ocasiones para salvar situaciones de crisis», apunta Gómez Barrero. Si de inicio ya son más de dos, mejor.

Entre los casos más recientes y sonados, la explosión de un motor de un Airbus A380 (el denominado vuelo 32 de la australiana Qantas) que cubría la ruta entre Singapur y Sidney en 2010. «Ahí la pericia de los pilotos fue excepcional. Iban cinco o seis y todos se pusieron a trabajar de forma coordinada. Que fueran varios ayudó en este caso. Ocurrió poco después del despegue y los mensajes y alertas de emergencia cubrían por completo todas las pantallas. Actuaron en equipo para ir solucionándolas una a una».  

3. Sirven, también, pilotos deportivos

«Ante un problema grave a bordo, toda ayuda es bienvenida», señala el comandante. Lo deseable por protocolo es que quien está colaborando sea conocedor de la aeronave e incluso empleado de la misma compañía, pero en caso necesario, un piloto deportivo puede resultar apropiado: «el mero hecho de que pueda encargarse de llevar la radio, las comunicaciones con el controlador, ya libera al piloto para realizar otro tipo de acciones»

4. La regla de «las dos comunicaciones»

Antes del despegue, los dos (o más) pilotos a bordo realizan un briefing, una breve sesión informativa, en la que la parte más importante es el cómo actuar ante un problema. Aquí impera lo que la norma denomina regla de «las dos comunicaciones». «Consiste en que si uno no responde al otro tras dos intentos, se actúa de inmediato de forma preventiva para ver si se trata de una incapacitación velada o total del compañero», explica Javier Gómez Barrero. Entre las curiosidades establecidas por las autoridades de aviación civil para evitar indisposiciones de los pilotos figura la de que no pueden comer lo mismo antes de operar: «incluso si falla el cátering se es muy estricto al respecto y pueden retrasarse vuelos si se produce un error». Esta precaución evitaría que toda la tripulación estuviese indispuesta simultáneamente por el consumo, por ejemplo, de un alimento en mal estado. 

Javier Gómez Barrero, comandante de Boeing 787 en Air Europa
Javier Gómez Barrero, comandante de Boeing 787 en Air Europa

5. Un solo piloto es capaz de hacer aterrizar a un avión 

En caso de que el piloto indispuesto no se reponga no queda más remedio que desviarse al aeropuerto más cercano para realizar un aterrizaje de emergencia. Se haya conseguido o no otro piloto para auxiliar el vuelo, el que queda está capacitado para solucionar la crisis: «Aunque suene raro, no importa el tamaño ni la complejidad del avión. Nos entrenamos tanto en simulador como en vuelos reales para que un piloto lleve el avión todo el trayecto con una incapacitación del compañero desde que se despega, un momento crítico porque se acumulan varias tareas como subir el tren de aterrizaje, etc».

En la historia de la aviación comercial no se recuerda ningún caso en el que los dos pilotos hayan quedado incapacitados y un pasajero haya tenido que encargarse de un vuelo. Sí hubo uno en el que un fallo de presurización provocó que se quedaran inconscientes toda la tripulación y el pasaje, el vuelo 522 de Helios Airways, en el que no hubo supervivientes, tal y como ha sugerido un lector en los comentarios.