El Gobierno de Hong Kong cede y retira la polémica ley de extradición a China

María Puerto PEKÍN / E. LA VOZ

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TYRONE SIU | Reuters

El movimiento prodemocrático advierte que la decisión llega tarde y no es suficiente

04 sep 2019 . Actualizado a las 21:58 h.

La jefa del Gobierno autónomo de Hong Kong, Carrie Lam, ha retirado oficialmente la ley de extradición a China. Pero es solo una de las cinco exigencias de los manifestantes que llevan más de tres meses colapsando las calles de la excolonia en señal de protesta. La concesión no ha impedido que volvieran los disturbios y los enfrentamientos entre activistas y policías.

Tras un verano caliente, lleno de protestas que la huelga de estudiantes quiere prolongar, y un aumento notable de la violencia, Lam ha dado un paso atrás, un gesto que los prodemócratas han calificado ya de insuficiente.

En un discurso grabado y televisado, la jefa del Ejecutivo daba oficialmente ayer por retirada la ley de extradición, origen de las masivas movilizaciones que han desbordado al Gobierno y se han prolongado con tenacidad durante trece semanas. También prometía una investigación interna sobre la actuación policial, pero hecha por el propio cuerpo y no de forma independiente.

El gesto de Lam pretende rebajar la tensión y buscar salidas negociadas a la mayor crisis política que vive la excolonia desde el regreso a soberanía china. Se produce cuando las movilizaciones no dan muestras de agotarse y a menos de un mes de que China celebre el 70 aniversario de la proclamación de la República Popular. Las protestas pueden empañar una fiesta tan importante y perjudicar internacionalmente a Xi Jinping.

Impactantes imágenes

Las imágenes del último fin de semana, con barricadas ardiendo y la policía pegando indiscriminadamente en los vagones de metro e impidiendo al personal sanitario atender a los heridos, han sido impactantes para la sociedad de orden que es Hong Kong.

Como recordó en su mensaje televisado, Lam ya había dado por muerta la ley y prometido no tramitarla. Ayer dio el último paso y confirmó su retirada definitiva. Es la única concesión concreta a las reivindicaciones que piden los manifestantes y que incluyen una investigación independiente sobre la brutalidad policial, la libertad sin cargos de todos los detenidos, su dimisión y reformas democráticas.

Para el bando prodemocrático la retirada de la ley resulta insuficiente. El Frente Civil por los Derechos Humanos, responsable de la organización de las manifestaciones más masivas, dijo en un comunicado que mantendrá las protestas hasta que se atiendan las cinco peticiones. Joshua Wong, líder de la Revolución de los Paraguas y dirigente del partido Demosisto, también insistió en que el gesto llega tarde.

El presidente del Partido Demócrata, Wu Chi-wai, acusó a Lam de intentar dividir a la sociedad y a los activistas con su gesto. Y desde el Partido Laborista, el diputado Fernando Cheung aseguró que el daño infligido a la sociedad por Lam es «imperdonable e irreversible».

En las redes sociales abundan los comentarios críticos contra el Gobierno, al que acusan de estar desconectado de la realidad y de no tener en cuenta el sufrimiento causado en estos meses. En los enfrentamientos con la policía una mujer perdió un ojo y se registraron más de 50 heridos y unas 1.200 detenciones.

En cambio, la oferta de diálogo de Lam fue recibida por el mundo de los negocios: la bolsa subió un 4 % nada más saberse la noticia de la retirada de la ley.