La reunión entre PSOE y Podemos concluye tras cuatro horas sin avances

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado MADRID / LA VOZ

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Eduardo Parra | Europa Press

Los de Pablo Iglesias critican que los socialistas les presentaron «básicamente un programa electoral» y su posición era «inamovible»

06 sep 2019 . Actualizado a las 08:47 h.

«Esperamos que no se levanten de la mesa», exponía Pablo Iglesias temiendo un portazo en los morros de la delegación socialista cuando en el arranque del encuentro que mantuvieron este jueves con sus pupilos estos expusieran que el Gobierno de coalición era irrenunciable. Ni mucho menos. Los equipos negociadores del PSOE y de Podemos permanecieron encerrados algo más de cuatro horas y media en una sala privada del Congreso.

La prolongada duración incluso llevó a pensar al pelotón de periodistas que cubren a diario la información parlamentaria que ahí adentro podría estar moviéndose algo para que el enredo acabase con fumata blanca de cara a una investidura, pero tan pronto como se abrieron las puertas y comenzaron a desfilar al exterior los diputados, llegó un baño de realidad. «Nos vamos preocupadas porque básicamente han venido a presentar su programa electoral», lamentaba la diputada de Unidas Podemos Ione Belarra. Fuentes de la dirección del partido morado trasladaban pocos minutos después que todo sigue igual, o incluso peor, y que las posturas entre ambas formaciones para acabar alcanzando un acuerdo están cada vez más distantes.

Al otro lado de la trinchera, en Ferraz, lamentaban el empecinamiento de sus «socios preferentes» por querer conformar un Gobierno de coalición. Al mismo tiempo mostraban un pequeño hilo de esperanza en que el tiempo, y especialmente el miedo a unas nuevas elecciones, acabase por madurar la fruta lo suficiente como para caer del árbol. No será sencillo.

Nuevas reuniones

Sánchez e Iglesias aseguran que no tienen líneas rojas, pero lo cierto es que ambos las tienen marcadas con sangre. El primero rechaza la entrada de dirigentes de Podemos en el Consejo de Ministros, y el segundo exige su entrada en el núcleo de Gobierno. Si ninguno de los dos cede, como todo parece indicar, el problema no tiene solución. Pura lógica del bachillerato.

Sin embargo, ante el temor de que la indignación del electorado les haga pagar el pato en las urnas, ambos escenificarán hasta el último suspiro que el acuerdo es posible. De momento el único que existe es el alcanzado este jueves, que no es otro que la voluntad de seguir manteniendo entrevistas hasta que el próximo día 23 concluya el plazo para que España no se vea abocada a una repetición electoral de resultados muy inciertos.

La jornada concluyó tarde y sin resultados, tal y como hacía presagiar el arranque de la misma. Los secretarios generales de ambas formaciones madrugaron para colocar sus respectivos mensajes. Mientras el presidente del Gobierno en funciones aprovechaba la introducción de Nadia Calviño en un desayuno informativo para reclamar a Iglesias que aceptase su última oferta, al considerar que es una vía intermedia «sin vencedores ni vencidos», el líder de Podemos mostraba en Telecinco su convencimiento de que Sánchez tiene la decisión tomada de ir a las urnas, ya que jamás aceptará conformar una coalición por el temor a que alguien «le haga sombra» desde el Consejo de Ministros.