Ni el nieto de Churchill se salvó de la ira del «premier»

J.F.A. LONDRES / E. LA VOZ

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Simon Dawson | Reuters

Nicholas Soames es uno de los rebeldes expulsados por Johnson del Partido Conservador

05 sep 2019 . Actualizado a las 08:54 h.

Boris Johnson no tuvo contemplaciones a la hora de castigar a los 21 diputados conservadores que en la noche del martes respaldaron la moción opositora que le arrebató a su Gobierno la posibilidad de fijar la agenda del Parlamento y así iniciar el debate de la ley contra el brexit abrupto. Así el primer ministro expulsó a los rebeldes del partido, incluyendo a Nicholas Soames, nieto de Winston Churchill. El conservador que ocupó el 10 de Downing Street en dos ocasiones, la primera durante la Segunda Guerra Mundial; y es considerado como el británico más importante del siglo XX.

Johnson tampoco ha tenido piedad con el diputado Kenneth Clarke, quien por ser el legislador más veterano es calificado como «el padre» de la Cámara de los Comunes; ni contra el exministro de Finanzas en el Gobierno de Theresa May, Philip Hammond; ni Rory Stewart, su rival en las recientes primarias por el liderazgo del partido y que fue tutor de los príncipes Guillermo y Enrique.

Con las expulsiones, a las que hay que añadir el tránsfuga Philip Lee, el grupo parlamentario conservador quedó reducido en 298.

Los sancionados conservarán su puesto como independientes y algunos, como Soames, ya han adelantaron que no se presentarán a las próximas elecciones.

La acción de Johnson fue criticada por la exlíder de los conservadores en Escocia, Ruth Davidson, quien en Twitter escribió: «Cómo, en el nombre de todo lo que es bueno y sagrado, no hay espacio en el Partido Conservador para Nicholas Soames».