La asesina de Gabriel podría ser la primera condenada a prisión permanente revisable

g. b. MADRID / LA VOZ

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Ana Julia Quezada, la autora confesa de la muerte del niño Gabriel Cruz, a su llegada este lunes a la Audiencia Provincial de Almería
Ana Julia Quezada, la autora confesa de la muerte del niño Gabriel Cruz, a su llegada este lunes a la Audiencia Provincial de Almería Carlos Barba | EFE

Arranca hoy en la Audiencia de Almería el juicio contra Ana Julia Quezada

09 sep 2019 . Actualizado a las 09:48 h.

Ana Julia Quezada, la autora confesa de la muerte del niño Gabriel Cruz, se encuentra ya en los calabozos de la Audiencia Provincial de Almería, donde en unas horas comenzará la vista oral con jurado popular por el asesinato del pequeño en febrero de 2018.

La Policía Nacional ha conducido a la acusada desde el centro penitenciario El Acebuche de Almería hasta el Palacio Provincial de Justicia, al que ha llegado sobre las 08:55 horas.

Ana Julia, vestida con una americana de color azul y pantalón blanco, ha accedido escoltada por agentes de la Policía Nacional sin incidentes, ante la mirada de los medios de comunicación, informa Efe.

La Audiencia de Almería abre hoy el juicio por uno de los crímenes que más conmoción social ha provocado en los últimos tiempos: el asesinato del niño de 8 años Gabriel Cruz en febrero del 2018 en Las Hortichuelas de Níjar (Almería). Ana Julia Quezada, autora confesa de la muerte del pequeño, hijo de su entonces pareja sentimental, Ángel Cruz, y de la exmujer de este, Patricia Ramírez, se enfrenta a una petición de pena de la Fiscalía de prisión permanente revisable como autora del crimen y otros diez años de cárcel por las secuelas psíquicas causadas a los padres de Gabriel. De confirmarse, sería la primera mujer en recibir esa condena.

El proceso se desarrollará durante ocho sesiones desde hoy y hasta el 18 de septiembre en la Sección Segunda de la Audiencia de Almería, y será un jurado popular el encargado de emitir el veredicto. La defensa de la familia del niño asesinado reclama también la pena de prisión permanente revisable, así como tres años de cárcel por las lesiones psíquicas a la madre, Patricia Ramírez, cinco por el mismo delito al padre, Ángel Cruz, y otras dos penas de prisión de dos años por dos delitos contra la integridad moral.

El abogado de Quezada, Esteban Hernández Thiel, califica los hechos como un homicidio imprudente o, alternativamente, como un homicidio doloso. La declaración de la acusada se producirá hoy mismo y mañana prestarán testimonio los padres del menor y otros siete testigos, entre los que se encuentra la hija de Quezada, residente en Burgos y alejada de su madre tras reconocerse esta como autora material de la muerte de Gabriel.

Según el escrito de acusación de la fiscala, sobre las tres y media de la tarde del 27 de febrero del 2018 Gabriel le dijo a su abuela, con la que se encontraba en su vivienda de Las Hortichuelas mientras Quezada estaba a cargo de sus movimientos, que iba a jugar a casa de sus primos. Solo cien metros separaban ambas viviendas. 

Compungida

Pero Quezada interceptó al niño y le pidió que la ayudara a pintar en una finca del padre de Gabriel en Rodalquilar, también perteneciente a Níjar. Y una vez allí, con el niño «totalmente ajeno a la intencionalidad criminal» de su presunta asesina, esta, de forma «súbita y repentina» y con intención de matarlo, lo empujó violentamente contra una pared y después le tapó con las manos la boca y la nariz hasta que lo asfixió y después enterró su cadáver en una alberca. Antes, como el brazo de Gabriel no entraba en el agujero excavado, tomó «un hacha de 70 centímetros y le dio varios golpes», tratando infructuosamente de seccionar el miembro, aunque provocó la fractura del cúbito y del radio.

Luego, durante los 12 días que duró la búsqueda del pequeño, Quezada se presentó siempre compungida por lo sucedido, participó en las labores de rastreo y llegó a colocar una camiseta del niño en una de las zonas que ya habían sido batidas para tratar de despistar a los investigadores. Sintiéndose vigilada, el 11 de marzo fue a recuperar el cadáver en la finca de Rodalquilar para tratar de hacerlo desaparecer. Lo metió en el maletero de su coche y se dirigió hacia la localidad de Vícar, donde el padre de Gabriel tiene otra vivienda.

Pero la Guardia Civil le seguía los pasos y la detuvo, comprobando después que el cuerpo sin vida del niño se encontraba en el maletero del vehículo. Tras negarse a declarar en un principio, Quezada acabó derrumbándose y admitiendo que había causado la muerte del menor.