Los nueve independentistas detenidos por terrorismo estaban listos para atentar

Melchor Saiz-Pardo MADRID | COLPISA

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Según la Fiscalía, tenían «una gran cantidad» de precursores de explosivos que pensaban utilizar en próximas fechas con motivo del aniversario del 1-O y la sentencia del «procés»

24 sep 2019 . Actualizado a las 10:52 h.

Golpe de la Guardia Civil al independentismo catalán más violento en vísperas de un otoño que se espera caliente. Los efectivos del Servicio de Información (SIGC) detuvieron este lunes a siete supuestos miembros de los denominados Equipos de Respuesta Técnica (ERT), el ala más violenta de los Comités de Defensa de la República (CDR), a los que acusa de tener en su poder precursores de potentes explosivos para atentar con artefactos en las próximas semanas, quizas contra una casa cuartel de la propia Guardia Civil. 

Según fuentes de la investigación, los arrestados preparaban actos «de carácter terrorista» con motivo del segundo aniversario del referendo ilegal del 1-O y de la publicación de la sentencia del Supremo contra los líderes independentistas, que se espera para mediados de octubre de este año. Además de delitos de terrorismo, se les imputan sendos delitos de rebelión y sedición y otro de posesión de explosivos.

Los detenidos --apuntan los investigadores-- tenían planos de edificios públicos, entre ellos el del cuartel de la Guardia Civil de la localidad barcelonesa de Canovelles, además de datos sobre «infraestructuras críticas». El operativo, que movilizó desde la madrugada a 600 agentes en poblaciones como como Sabadell, Sant Vicenç de Torell, Cerdanyola, Santa Perpètua de Mogoda, Mollet del Vallès, Sant Pere de Torelló o Sant Pere de Campsentelles fue coordinado por el juez de la Audiencia Nacional Manuel García-Castellón, quien desde hace más de un año investiga a esta supuesta infraestructura de carácter «terrorista».

Agentes de la Guardia Civil durante el registro de un domicilio en Sant Fost de Campcentelles (Barcelona)
Agentes de la Guardia Civil durante el registro de un domicilio en Sant Fost de Campcentelles (Barcelona) Quique García | Efe

El Ministerio del Interior informó de que se realizaron diez registros, todos en la provincia de Barcelona, «con la finalidad de localizar y, en su caso, incautar pruebas que evidencien el grado de preparación de acciones violentas». Durante los allanamientos, los funcionarios localizaron sustancias «consideradas precursores para la confección de explosivos, susceptibles (a espera de confirmación por los especialistas) de ser empleadas en la fabricación de artefactos», apuntó Interior.

Mandos del operativo revelaron que entre los precursores encontrados hay termita, un tipo de composición pirotécnica de aluminio y un óxido metálico. Además se hallaron otros componentes susceptibles de ser usados en la fabricación de artefactos de más potencia como ácido sulfúrico, parafina, aluminio en polvo, decapante de uso industrial y gasolina.

Los investigadores aseguran que varios de los detenidos --siete varones de edades comprendidas entre los 35 y los 50 años-- habían realizado ya pruebas con los explosivos en una cantera abandonada. Además de los precursores, los agentes de los servicios antiterroristas encontraron abundante documentación y material informático, entre ellos manuales para fabricación de artefactos o explosivos como la dinamita. Dos personas más, sendas mujeres, fueron también arrestadas, aunque quedaron en libertad con cargos durante la tarde tras declarar en la comandancia de Travessera de Gràcia, en Barcelona.

«Daños irreparables»

«Ante la certeza de que las acciones se iban a perpetrar aprovechando el período comprendido entre el aniversario del referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 y el anuncio de la sentencia del juicio del procés, se ha decidido proceder a la detención de los implicados para abortar el proyecto que podría haber ocasionado daños irreparables debido a lo avanzado de sus preparativos», destacó por su parte la Fiscalía, que afirmó que el golpe ha supuesto la «neutralización» de un «grupo terrorista de índole secesionista catalán».

Entre los detenidos, confirmaron fuentes de la investigación, se encuentran Eduard Garzón y David Budria, dos de los nueve arrestados el pasado febrero en los alrededores de la cárcel de Lledoners por los incidentes durante el traslado a Madrid para el juicio del procés de los presos independentistas.

Los servicios antiterroristas de la Guardia Civil tienen en su punto de mira a otra docena de activistas radicales de los ERT, cuyas identidades han ido apareciendo en las escuchas telefónicas a las que han sido sometidos los ahora arrestados durante los últimos meses. 

Reacciones de Torra, Rufián y Asens

El presidente de la Generalitat, Quim Torra, consideró ayer que estas detenciones intentan «volver a construir un relato de violencia antes de las sentencias». El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, también criticó las detenciones y tuiteó que «El ‘A por ellos’ era un ‘A por todos’. Por su parte, el portavoz de los comunes en el Congreso, Jaume Asens, ve «con preocupación» esta operación policial que genera mucha «alarma social» y luego se irá «deshinchando».

Por su parte, la portavoz del PP en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, ha asegurado que el presidente de la Generalitat, Quim Torra, es el «primer hooligan y jefe estratégico» de los CDR y ha reclamando a Pedro Sánchez que rompa con él el acuerdo en la Diputación de Barcelona y otros ayuntamientos.

Los antecedentes de Terra Lliure y el Exèrcit Popular Català, dos grupos terroristas secesionistas

La Fiscalía de la Audiencia Nacional aseguró ayer que el golpe policial al ala más violenta de los Comités de Defensa de la República (CDR) ha supuesto la «neutralización» de un «grupo terrorista de índole secesionista». Estas detenciones reavivaron el temor a que resurja Terra Lliure, una banda terrorista independentista catalana de extrema izquierda fundada en 1978 y disuelta en 1991.

No contenta con el nivel de autonomía adjudicado a Cataluña, Terra Lliure optó por la violencia terrorista para forzar la independencia. Cometió más de 200 atentados que se saldaron con 5 víctimas mortales (cuatro de ellas miembros de la banda) y varias decenas de heridos.

En la década de los 70 existió otra banda terrorista de ideología secesionista, el Exèrcit Popular Català, que adosaba explosivos a los cuerpos de sus víctimas. Entre los asesinados estuvo José María Bultó, presidente de la química Cros, y Joaquín Viola, alcalde de Barcelona (1975-1976).