Sánchez esgrime el cartel de la moderación para cosechar el voto útil de la izquierda

Luís Pousa Rodríguez
Luís Pousa REDACCIÓN / LA VOZ

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Pedro Sánchez, durante la última sesión de control en el Congreso
Pedro Sánchez, durante la última sesión de control en el Congreso SERGIO PEREZ | Reuters

El secretario general del PSOE remite una carta a la militancia en la que pide una movilización progresista que deje atrás la «política de bloqueo y destrucción»

23 sep 2019 . Actualizado a las 08:25 h.

Con las primeras encuestas sobre la mesa tras la constatación de que el 10N toca volver a las urnas, Ferraz ha definido su estrategia con claridad: calcinar a Unidas Podemos en la larga precampaña ya en marcha y, simultáneamente, rebañar todos los escaños posibles de la sangría de Ciudadanos que auguran todos los sondeos.

Con el centro abandonado por Albert Rivera como destino y con la idea de hacerse con las papeletas de los desencantados con la actitud de Pablo Iglesias durante las negociaciones, Pedro Sánchez hizo este domingo un llamamiento a los militantes socialistas para que colaboren, puerta a puerta, en el regreso al PSOE de los hijos pródigos de la izquierda que en anteriores convocatorias habían optado por Unidas Podemos, siglas nacionalistas varias o incluso por Ciudadanos.

Reparto de culpas

En una carta a la militancia difundida a través de la cuenta de Twitter del partido, Sánchez -sin un atisbo de autocrítica- reparte a diestro y siniestro las culpas de la repetición de los comicios. Los responsables, enumera en su escrito, son «las derechas que optaron por el bloqueo y se desentendieron por completo de la gobernabilidad de España» y Unidas Podemos, que pretendía crear «dos gobiernos en uno» y que finalmente «impidió por cuarta vez» la formación de un Ejecutivo socialista.

El presidente del Gobierno en funciones confiesa que comparte con «los progresistas» el sentimiento de «frustración, decepción y contrariedad» por tener que volver a las urnas el 10N, por lo que pide a sus huestes que arrimen el hombro para convencer a los posibles abstencionistas de que acudan a votar para «dejar atrás una política inútil que solo sabe de bloqueo y de destrucción».

Para marcar distancias con Unidas Podemos y cosechar los restos que se dejará por el camino un Albert Rivera de viaje hacia la derecha, el secretario general socialista invoca el espíritu centrista del PSOE, un cartel moderado que ya esgrimió en la entrevista de La Sexta al asegurar que «no dormiría tranquilo» si dejase las pensiones en manos de Iglesias. «Somos el gran partido de una izquierda que se comporta con moderación porque se dirige a grandes mayorías», arguye.