Tres frentes judiciales abiertos en Galicia contra la familia de Franco

Carlos Punzón
Carlos Punzón VIGO / LA VOZ

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Imagen del pazo de Meirás, situado en el municipio coruñés de Sada
Imagen del pazo de Meirás, situado en el municipio coruñés de Sada ANGEL MANSO

El Gobierno reclama la devolución del Pazo de Meirás, la casa Cornide en A Coruña sigue la misma vía y se mantiene el pleito por las estatuas del Pórtico de la Gloria

27 sep 2019 . Actualizado a las 23:05 h.

El testamento familiar de Francisco Franco, firmado por el dictador en 1968, dejó ordenado que le fuesen entregados a cada uno de sus siete nietos dos millones de pesetas de la época (12.000 euros) y a su mujer y a su hija los bienes inmobiliarios registrados a su nombre: el pazo de Meirás y el palacio del Canto del Pico (Torrelodones).

Pero la lista de bienes de la familia era mucho mayor, tanto que de ese patrimonio han seguido beneficiándose los descendientes del militar golpista. La legitimidad de parte de ese patrimonio, que algunos especialistas en el generalísimo llegaron a valorar en mil millones de pesetas de los setenta (6,01 millones de euros), ha sido cuestionada desde su muerte, al aducirse tratos de favor, presiones y retorcimientos de la legalidad para que quedasen registrados bajo el apellido Franco.

Galicia se ha puesto en cabeza a la hora de reclamar la devolución para el bien común de parte de esos bienes: desde el pazo de Meirás, que acompañó la figura del generalísimo en sus visitas estivales a Galicia, a la casa Cornide en A Coruña, las figuras del Pórtico de la Gloria de Abraham y Isaac, o dos pilas medievales de la iglesia de San Xulián de Moraime (Muxía) forman los frentes abiertos a los Franco en la comunidad, que ya en 1979 vieron como su apellido perdía poder en la tierra donde nació el dictador al acordar el gobierno municipal de Ferrol dejar de pagar la luz, teléfono, contribución, conserjería y otros servicios de la casa familiar de la calle María. 

Pazo de Meirás

Titulo falseado. La Abogacía del Estado llegó a la conclusión este año de que el título de propiedad del pazo de Meirás fue falseado en 1941, «un texto simulado y completamente nulo, y cuya finalidad exclusiva era permitir, en el futuro, una posesión de Franco y sus herederos a título particular». Dicha aseveración ha dado paso a que el Gobierno lleve al juzgado la compra del pazo y que la Xunta y el Concello de Sada se sumen a la demanda, mientras se reclaman medidas cautelares para que la familia se abstenga de intentar seguir vendiendo la histórica edificación levantada por Emilia Pardo Bazán, por la que han llegado a pedir ocho millones de euros. 

Casa Cornide

Camino de los juzgados. El intermediario para que el inmueble del casco histórico de A Coruña pasase a manos de los Franco fue el mismo que en el caso de Meirás, Pedro Barrié de la Maza. Si en la casona de Sada organizó una teórica suscripción popular, en el caso de la casa Cornide él se hizo en una subasta con el inmueble entonces municipal ubicado frente a la colegiata por 305.000 pesetas de 1962. A continuación la cedió a la familia del jefe del Estado, dado el interés de Carmen Polo por el palacete que veía muy adecuado para sus estancias en A Coruña.

Y sigue en manos de la familia, pero ya con la oposición institucional del Ayuntamiento, que estudia declararlo bien de interés cultural, lo que obligaría a abrirla al público y significaría un obstáculo para su venta. El pleno ha aprobado por unanimidad, a propuesta del BNG, reclamar en los juzgados la devolución de la casa por considerar fraudulenta la subasta que dio origen a la cesión posterior. 

Estatuas y pilas históricas

Dos reveses. Como ocurrió con la casa Cornide, aseguran que Carmen Polo se encaprichó en 1954 de las dos figuras de los profetas Abraham e Isaac que se desmontaron del Pórtico de la Gloria en el siglo XVI y que, tras doscientos años olvidadas en Fonseca, fueron adquiridas por el conde de Ximondi. Este se las vendió al Ayuntamiento compostelano en 1948 con la condición de que permaneciesen como patrimonio público.

En esa cláusula basó el Concello su demanda para recuperar las obras del maestro Mateo, pero el juzgado de Primera Instancia número 41 de Madrid estimó que los argumentos municipales no eran suficientes como para negar la tesis de la familia de que las había comprado en un anticuario. La resolución de un recurso judicial dirá la siguiente palabra en el caso, mientras aún no se ha iniciado proceso alguno para recuperar dos pilas medievales de la iglesia de San Xulián de Moraime que también la esposa del dictador quiso añadir a su patrimonio.