Sánchez se lanza a ocupar el centro para captar al votante descontento con Rivera

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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Pedro Sánchez, este martes, durante un mitin en Huesca
Pedro Sánchez, este martes, durante un mitin en Huesca JAVIER BLASCO

Refuerza los ataques a Cs y al secesionismo y sitúa a Podemos en la extrema izquierda

02 oct 2019 . Actualizado a las 08:20 h.

Pedro Sánchez tiene puesto el objetivo en Ciudadanos. A cuarenta días de las elecciones, se lanza ya directamente a captar una gran parte del voto de los desencantados con Albert Rivera. Los estrategas socialistas están convencidos de que hay cerca de un millón de españoles progresistas moderados que apoyaron a Ciudadanos en las pasadas elecciones pero que están en desacuerdo con el veto impuesto a Sánchez y se plantean no votar en esta ocasión a los liberales. Un nicho de votantes que al PSOE le bastaría para compensar la posible pérdida de apoyos que se produzca por la irrupción de Íñigo Errejón con Más País.

A recoger esa amplia bolsa de votantes, e impedir que opten por la abstención, se dirige el giro hacia la moderación emprendido por el líder del PSOE en los últimos días. Esa campaña pretende arrebatar el espacio de centro a Rivera situándolo en el eje de la derecha radical junto al PP y Vox. Algo que tratará de evidenciar cuando se produzca la exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos. La campaña trata de convencer al votante de que solo apoyando al PSOE se garantiza la estabilidad porque con Rivera «es imposible el entendimiento», como dijo Sánchez en una reciente entrevista.

Otro eje de la campaña es despojar a Ciudadanos de su principal bandera, la firmeza contra el independentismo. El propio lema, «Ahora Gobierno, Ahora, España», la posición más contundente contra el secesionismo con la advertencia de que aplicará sin dudarlo si es necesario el artículo 155 de la Constitución y la exigencia a Joaquim Torra de una condena clara y firme de a la violencia van en esa misma dirección. 

Pragmatismo a lo Macron

Una vez comprobadas las dificultades para alcanzar un acuerdo de gobierno con Unidas Podemos, la estrategia de Sánchez pasa por un distanciamiento cada vez mayor de Pablo Iglesias, hasta hace poco socio principal y al que ahora califica como un líder radical y de «extrema izquierda». En esa idea de ocupar el centro y de presentarse como un líder moderado y pragmático capaz de captar votos de izquierda y de centro, cuyo modelo sería el francés Emmanuel Macron, se incluyen posicionamientos más realistas en materia económica para ganarse la confianza de los mercados. Consciente del recelo que causa en los grandes inversores la posibilidad de que Unidas Podemos pudiera controlar parcelas económicas del Gobierno, Sánchez ha mantenido reuniones con grandes empresarios, españoles e internacionales, a los que ha garantizado seguridad jurídica y estabilidad en materia económica.

Además, mantiene ahora un acercamiento mucho más realista a los retos económicos, como hizo ayer al reconocer que el país se encuentra en una «cierta desaceleración» e incluso que «hay riesgo de crisis económica en el mundo, en Europa y en consecuencia, en España». Unas declaraciones con las que Sánchez quiere alejarse del fantasma de Zapatero, quien negó la crisis en lugar de aplicar a tiempo las reformas necesarias para paliarla.