La alternativa a la ranitidina, el fármaco para el ardor de estómago retirado por Sanidad

Elisa Álvarez González
Elisa Álvarez SANTIAGO / LA VOZ

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Este medicamento se prescribe poco y ha sido superado por el omeprazol y sus derivados

03 oct 2019 . Actualizado a las 09:54 h.

La Agencia Española del Medicamento ha ordenado retirar del mercado los medicamentos que contienen ranitidina vía oral en formato de comprimidos. Son 34 presentaciones diferentes de dieciséis laboratorios. El motivo, la presencia de nitrosaminas en algunos lotes, una sustancia clasificada como un posible carcinógeno. La ranitidina se utiliza para una patología muy común entre la población, el ardor de estómago, es decir, el reflujo gastroesofágico, y sin embargo no es de uso masivo. ¿Por qué? Porque se trata de un fármaco que ha sido ampliamente superado por el omeprazol y sus derivados, «era el medicamento que usábamos siempre cuando todavía no existía el omeprazol», explica el jefe del servicio de aparato digestivo del CHUS, Enrique Domínguez.

En la actualidad cuando el paciente presenta problemas de reflujo o ardor estomacal, la primera opción suele ser el omeprazol y derivados como el pantoprazol o el lansoprazol, «es cierto que algunos médicos prescriben todavía ranitidina, pero no supone ningún problema la retirada de este fármaco y en todo caso es de prescripción menor si se compara con los omeprazoles», explica Domínguez. Eso sí, si algún paciente que lo esté tomando quiere seguir con el mismo grupo de medicamentos tiene alternativa, ya que la famotidina forma parte de la misma familia y no hay ningún tipo de alerta sobre este producto. Tanto esta como la ranitidina son productos que inhiben la secreción de ácido en el estómago. La diferencia con el grupo de los omeprazoles es la potencia con la que se inhibe la secreción de ácido, mayor en estos últimos.

 De uso en bebés

Precisamente por esta menor potencia la ranitidina sí se usa en el caso de bebés con reflujo. Tanto este como la famotidina no desarrollan una inhibición tan potente de la secreción de ácidos, por eso los pediatras son partidarios de este fármaco. No obstante, en todo caso los lactantes no utilizan comprimidos, que son los únicos que se han retirado por la posible presencia de nitrosaminas.

 Mejor prevenir

Enrique Domínguez recuerda que la retirada por parte de la Agencia Española del Medicamento se produce tras detectar en algunos lotes la presencia de nitrosamina, una sustancia probablemente cancerígena. Este producto, en altas dosis y con un consumo muy prolongado, podría aumentar el riesgo de cáncer, «pero es una situación muy improbable, ya que se necesitarían dosis mucho más altas que las que se encuentran en los comprimidos -recuerda- y durante una exposición muy prolongada». No obstante, explica este especialista, habiendo alternativas en el mercado «me parece una medida correcta, ya que toda precaución es poca». Respecto a las embarazadas, a quienes también se creía que era mejor prescribirles ranitidina, el jefe de servicio de digestivo lo desmiente totalmente, «hoy sabemos que el omeprazol es más seguro en el embarazo, es una falsa creencia que viene de cuando surgieron los omeprazoles y a algunos médicos les daba miedo darlos durante la gestación», concluye.

 El caso de los sartanes

La retirada de la ranitidina oral recuerda al caso de los sartanes, una serie de medicamentos para la hipertensión arterial que la AEMPS tuvo que retirar por el mismo motivo. En este caso, además, se trataba de fármacos de elevado consumo.

En julio del 2018 la Agencia retiró varios lotes de valsartán, y en agosto repitió la alerta. En octubre se produjo otra inmovilización de lotes, ampliando la revisión a toda la familia de los sartanes, como son losartán o irbesartán. Lo cierto es que tiempo después fue necesario retirar otros hipertensivos de la misma familia, hasta el punto de que la Unión Europea prohibió a la compañía china que fabricaba el valsartán retirado, fabricar este producto para Europa, después de llevar a cabo una inspección en sus instalaciones.

Pese a ser un probable carcinógeno, estas medidas se llevan a cabo por precaución. De hecho, la AEMPS insta a los pacientes afectados a que no dejen de tomar el fármaco sin hablar con su médico, ya que el riesgo de abandonar el tratamiento es mayor que el de seguir consumiéndolo hasta la siguiente consulta con el facultativo.