La Eurocámara tumba a la candidata a comisaria de Macron

A. Serena, I. Sánchez Artero PARÍS, BRUSELAS / E. LA VOZ

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Sylvie Goulard fue rechazada, después de que sus explicaciones sobre qué haría si fuese imputada en una investigación que tiene abierta en Francia no convencieran a los eurodiputados
Sylvie Goulard fue rechazada, después de que sus explicaciones sobre qué haría si fuese imputada en una investigación que tiene abierta en Francia no convencieran a los eurodiputados FRANCOIS LENOIR | Reuters

El presidente galo, muy enfadado, calfica la decisión de «mezquidad».  La caída de tres candidatos pone en riesgo que la nueva Comisión tomé posesión el 1 noviembre

11 oct 2019 . Actualizado a las 08:49 h.

Emmanuel Macron apareció este jueves descompuesto y con un fenomenal enfado tras conocer que Sylvie Goulard, la candidata de Francia para formar parte de la nueva Comisión Europea, había sido rechazada mayoritariamente por el Parlamento Europeo. «No lo comprendo», afirmó el presidente galo, quien relató cómo Francia había luchado por esa cartera. El mismo había propuesto tres nombres, y la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, le comentó que ella quería trabajar con Goulard: «Me dijo que había hablado con los jefes de los grupos parlamentarios y que no había ningún problema».

La candidata de Macron no logró convencer en Bruselas. Recibió un no rotundo, con 82 votos en contra de los 112 eurodiputados que han participado en la votación. Solo obtuvo 29 apoyos y una abstención, convirtiéndose así en la primera candidatura que Francia presenta para un puesto de comisario y es rechazada por la Eurocámara. Para Macron se trata de una cuestión de «resentimiento», de «mezquindad».

Sylvie Goulard aspiraba a asumir la cartera de Mercado Interior e Industria, que contiene también competencias en defensa, politíca espacial, digital y cultura. Era una opción personal del presidente de la República francesa, que contaba con ella desde el principio de su aventura política, y la nombró ministra de Defensa en su primer Gobierno. Goulard dimitió un mes más tarde al abrirse una investigación por la creación de empleos ficticios de asistentes europarlamentarios en el seno de su partido. Aunque la investigación sigue abierta, ella y también Macron consideraban, erróneamente, que era agua pasada y no constituía un impedimento para aspirar a un puesto en la Comisión.

Además, los eurodiputados han puesto de relieve estos días su colaboración con el think tank americano fundado por el millonario Nicolas Berggruen, del que recibió 350.000 euros en dos años, aparte de su sueldo de eurodiputada. No hay nada ilegal en ello, pero en su caso tiene una dimensión ética que no llegó a calibrar, como admitió ante los eurodiputados.

Aire de revancha

Junto a esta dimensión ética, está el aspecto de «resentimiento» y «mezquindad» que evocó Emmanuel Macron. Los conservadores europeos (PPE) dieron la espalda a Goulard por ética, puesto que si la candidata no podía ser ministra de Defensa en Francia tampoco debería ocupar un puesto de comisaria en la Unión Europea, pero su decisión también tenía cierto aire de revancha. Emmanuel Macron hizo todo lo que estuvo en su mano para evitar que el candidato del PPE para presidir la Comisión, el alemán Manfred Weber, fuera nombrado. Como decía uno de los líderes macronistas durante la campaña, «si tuviera que apostar unos euros por Weber como presidente de la Comisión, el dinero no saldría de mi bolsillo». Y así fue. Tras Weber, llegó el turno del candidato húngaro del PPE, László Trócsányi, que fue rechazado por la Eurocámara con el apoyo del partido de Macron, lo mismo que la candidatura de la socialista rumana Rovana Plumb. Con el rechazo de Goulard, ha quedado en tablas.

La semana pasada la francesa fue examinada por la comisión de Asuntos Jurídicos de la Eurocámara sobre sus conocimientos de mercado interior, cartera que le había sido asignada, y su idoneidad personal. El Parlamento Europeo presentó recelos a la hora de validar su candidatura y le dieron la oportunidad de defender su candidatura en una nueva audiencia para aclarar las dudas que pesaban sobre ella. Esta última tuvo lugar este jueves y no logró  espantar a los fantasmas de su pasado.

Sylvie Goulard ha anunciado en su cuenta de Twitter que acata la decisión del Parlamento Europeo «en respeto a la democracia», y ha aprovechado para agradecer el apoyo recibido a la presidenta de la Comisión Europea electa y a los eurodiputados que le han apoyado.

Von der Leyen, en apuros

El Ejecutivo de Von der Leyen sufre un nuevo varapalo y ve como la lista de candidatos rechazados sigue aumentando. En un comunicado, la alemana pidió agilizar los trámites para poder organizar «sin dilación» el relevo de los comisarios designados por Francia, Hungría y Rumanía para ocupar una cartera en el Ejecutivo comunitario.

Según el calendario acordado, la Eurocámara debería votar sobre el conjunto del colegio de comisarios el próximo 23 de octubre, para que puedan comenzar la legislatura el 1 de noviembre. Sin embargo, este nuevo rechazo hace prever un posible retraso en los plazos.

La caída de Goulard ha levantado ampollas en la Eurocámara. La socialista Iratxe García y el popular Manfred Weber han anunciado en sus redes sociales que, al contrario de lo que Macron ha declarado, la presidenta electa de la Comisión Europea nunca les consultó sobre la candidata ni otros nombres antes de sus nominaciones.