El ataúd de Franco saldrá de la basílica a hombros de sus familiares y sin honores militares

Francisco Balado Fontenla
Fran Balado LA VOZ | MADRID

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Mariscal | Efe

Será trasladado en un helicóptero Superpuma de las Fuerzas Armadas hasta el cementerio de El Pardo-Mingorrubio. La exhumación tendrá un coste máximo de 63.061 euros

22 oct 2019 . Actualizado a las 22:03 h.

Es una de las acciones con más carga simbólica del Gobierno y el calendario ha dispuesto que coincida a solo dos semanas y media de las generales, por lo que el Ejecutivo centra todos sus esfuerzos para que nada falle.

La exhumación de los restos de Franco del Valle de los Caídos estaba prevista para junio, pero una suspensión cautelar del Supremo la retrasó hasta este jueves 24 de octubre, fecha a la que varios de los integrantes del Gobierno implicados en el operativo ya se refieren como «el día D» y cuyo coste puede ascender hasta un máximo de 63.061,40 euros.

A partir de las 10.30 de la mañana, los operarios de la funeraria comenzarán los trabajos para levantar la losa de 1.500 kilos bajo la que se encuentran los restos del dictador. Será con la ayuda de unos gatos hidráulicos que ejercerán la suficiente fuerza para elevarla unos centímetros que permitan colocar unos rodamientos para desplazarla.

En el interior de la Basílica solo estarán presentes estos trabajadores, varios efectivos de la Policía, 22 familiares de Franco, el prior Santiago Cantera, que bendecirá los restos; Dolores Delgado, que como ministra de Justicia es la notaria mayor del reino y dará fe; un forense; el subsecretario de la Presidencia, Antonio Hidalgo, y el secretario de Estado de la Presidencia, Félix Bolaños. Para acceder, todos ellos tendrán que pasar por un escáner y un detector de metales que garantice que nadie introduce una cámara, salvaguardando así una de las grandes preocupaciones de los herederos: que no se convierta en «un circo mediático». Como medida adicional se dispondrá una carpa que rodeará la tumba. Y en su interior solo se permitirá la presencia de los operarios, de dos familiares, del prior, de los representantes del Gobierno y del forense.

Manifestación

La prensa se quedará en una zona habilitada en el exterior de la basílica. Fuera del recinto, los curiosos y, a expensas del visto bueno de la Delegación del Gobierno en Madrid, un grupo de manifestantes convocados por la Fundación Francisco Franco. La tumba está recubierta de hormigón y plomo, y sus restos mortales cubiertos por una estructura de zinc debidamente sellada, que de permanecer en buenas condiciones será reutilizada para introducirse en otro ataúd de madera para proceder a la reinhumación, ya que previsiblemente el actual sí esté dañado por el paso del tiempo. De este detalle depende que la operación dure en torno a una hora o se alargue hasta las tres horas.

Una vez concluya, el féretro lo recogerán los familiares, sin banderas ni honores militares, para cargarlo a hombros unos 300 metros hasta el coche fúnebre que estará esperando en la puerta para trasladarlo a uno de los dos helicópteros del Ejército del Aire que se han movilizado para el operativo.

«No queremos que nada falle», dicen fuentes del Gobierno. El helicóptero es el plan A, pero el viento y la niebla pueden obligar a trasladar los restos hasta el cementerio de El Pardo-Mingorrubio por carretera.Tras un breve vuelo de unos diez minutos, en el que el féretro estará acompañado por uno de los nietos del dictador -Francis Franco-, así como por la ministra de Justicia, el helicóptero tomará tierra en un antiguo helipuerto de la Guardia Real, muy cerca del cementerio. El resto de la familia y de la comitiva se trasladará por carretera.

Al panteón familiar donde descansa Carmen Polo solo accederán los mismos 22 familiares más el prior Cantera y el sacerdote Ramón Tejero, hijo del golpista del 23-F, que oficiará una misa a voluntad de la familia. El Panteón es propiedad del Estado y ante el miedo de los herederos de que cuando se acabe la concesión, en unos 44 años, otro Gobierno decida sacarlo de allí, el Ejecutivo le ha ofrecido su adquisición según el precio público, pero lo han rechazado.

Casado intenta no desgastarse y dice que no va a perder «ni un minuto» en algo que España superó hace 50 años

«Un victoria de la democracia». Así definió ayer la ministra de Justicia en funciones, Dolores Delgado, la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco. «Llegamos al final de un largo proceso que va a cerrar el círculo de la democracia y va a suponer una gran victoria de la democracia de todos los españoles», declaró ayer a Efe en Marrakech, en donde participa en un congreso internacional sobre justicia. Sin embargo, desde la oposición volvieron a arreciar las críticas contra el Ejecutivo socialista, al entender que han dispuesto todo el operativo para que coincidiera a poco más de una semana para las elecciones generales y resucitar así el fantasma del Franquismo, una de sus principales estrategias el pasado 28A y que, con el permiso del desafío secesionista en Cataluña, pretenden volver a utilizar en todo su esplendor.

Como viene siendo habitual, el presidente del PP, Pablo Casado, reafirmó ayer en un desayuno informativo que en su partido no van a perder ni «un minuto» en hablar de lo que pasó en España hace 50 años, algo que, cree, está «felizmente superado» y que es «bastante evidente» que responde exclusivamente a intereses electoralistas. A pesar del cierre de filas que buscó Pablo Casado —consciente de que es un asunto en el que distintas corrientes dentro de su partido no piensan de la misma manera— el portavoz parlamentario del PPdeG, Pedro Puy, manifestó ayer que la exhumación de Franco le parece «bien», que es un tema que se ajusta «a la ley» y que no tiene «nada que objetar».

Vox se opone a la exhumación

Por su parte, el líder de Vox, Santiago Abascal, participó ayer en una entrevista en Telecinco en la que denunció la «emergencia profanadora» de Pedro Sánchez a pocos días de los comicios y criticó su intento de imponer una «memoria única» para todo el país. «Vox tiene una postura clara de oposición a la exhumación de Franco», comentó, dejando claro que tampoco procedería a la exhumación de los restos de la dirigente comunista Dolores Ibárruri.

El candidato de Cs a la Presidencia, Albert Rivera, volcado en el asunto catalán, guardó silencio, consciente también de que es un asunto en el que su partido no se mueve nada cómodo.

Mientras, en Podemos, su portavoz parlamentaria, Irene Montero, aseguró este fin de semana que la retirada de los restos de Franco del Valle de los Caídos «no basta» e invitó a Sánchez a empezar con las fosas comunes.