19 muertos y un millón de personas en la calle: ¿qué pasa realmente en Chile?

La Voz REDACCIÓN

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Las protestas estallaron la semana pasada por la cuarta subida del precio del billete de metro en pocos meses, pero rápidamente crecieron hasta denunciar la desigualdad social. Al menos 19 personas han muerto y cientos han sido detenidas

26 oct 2019 . Actualizado a las 20:47 h.

El presidente chileno, Sebastián Piñera, parece tomar nota de las protestas ciudadanas contra su Gobierno y este sábado ha pedido la renuncia de todos sus ministros, «para poder enfrentar estas nuevas demandas y hacernos cargos de los nuevos tiempos». Piñera, cree necesario también recuperar la normalidad institucional tras jornadas de violentos disturbios en las calles, para lo cual avanzó su intención de «levantar todos los estados de Emergencia a partir de la 24 horas del próximo domingo, de forma tal de poder contribuir a esa normalización que tanto quieren y merecen los chilenos».

Más de un millón de personas han salido este viernes a las calles de forma pacífica y espontánea en la Plaza Italia de Santiago de Chile, después de una semana de protestas violentas contra el Gobierno de Sebastián Piñera. Ahora el presidente del país ha dicho que «ha escuchado» el mensaje de los chilenos en las calles y ha levantado el toque de queda. Pero ¿cómo se explica realmente lo que está pasando en el país? 

Aunque las protestas estallaron la semana pasada por la cuarta subida del precio del billete de metro en pocos meses, se trataba de la gota de colmaba el vaso de una gran desigualdad social. Piñera llegó a asegurar que el país estaba «en guerra contra un enemigo poderoso e implacable que no respeta a nada ni a nadie y que está dispuesto a usar la violencia sin ningún límite, incluso cuando significa la pérdida de vidas humanas, con el único propósito de producir el mayor daño posible». Chile es ahora mismo el noveno país más caro del mundo y muchas familias de pocos recursos llegan a gastarse casi un 30% de su sueldo en trasnporte. En los últimos tiempos los chilenos también han visto cómo se incrementaba el precio de la electricidad o el agua y a esto se une un discutidísimo sistema de pensiones privado. 

Rodrigo Sáez | Efe

El sistema de pensiones que no quieren los chilenos

Instaurado en 1980, durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), el cambio del sistema de pensiones chileno, privatizado y basado en la capitalización individual, es uno de los reclamos que con más fuerza piden los chilenos en las masivas manifestaciones que protagonizan estos días.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, presentó este viernes el proyecto para subir las pensiones de los jubilados más vulnerables que había anunciado días atrás, con el ánimo de calmar las protestas, según informa Efe. Así funciona. 

Fernando Bizerra Jr | Efe

Ahorro individual obligotorio 

Es el pilar básico que sostiene el sistema previsional chileno. Cada trabajador aporta un 10 % mensual de su sueldo bruto a un fondo de pensiones personal del que puede disponer cuando se jubila y que es gestionado por las denominadas Administradoras de Fondos de Pensiones

Gestionado por empresas privadas

Estas AFP son empresas privadas que invierten en los mercados en busca de rentabilizar sus fondos. Es obligatorio estar afiliado a una de ellas y en la actualidad existen seis, que compiten para captar trabajadores en función de su portafolio de inversiones y de la comisión que cobran como mantenimiento de la cuenta.

Edad de jubilación

A los 65 años, en el caso de los hombres, y a los 60, en el de las mujeres, el trabajador puede jubilarse y recibir de la AFP una pensión mensual con cargo al fondo que ha generado con el aporte mensual del 10 % de su sueldo durante su vida activa y de la rentabilidad que haya generado.

Formas de pago

La cuantía de la pensión se actualiza cada año, va disminuyendo con el tiempo y depende del saldo de su cuenta individual y de otros parámetros como la expectativa de vida del afiliado. Existen otras modalidades que permiten recibir una renta mensual fija durante el resto de la vida del trabajador, dejando el fondo en manos de una compañía de seguros.

Cuantía de las pensiones 

El promedio de la pensión mensual pagada el pasado mes de agosto por las AFP fue de unos 220 dólares. En comparación, el salario mínimo chileno está en 422 dólares.

Paradójicamente, los miembros de las Fuerzas Armadas y las Policías cotizan en un sistema aparte que ofrece jubilaciones más elevadas.

Participación del Estado 

El Estado chileno participa en el sistema previsional con el llamado Pilar Solidario, dirigido a los más pobres y a quienes tienen las pensiones más bajas. Está compuesto por la Pensión Básica Solidaria (PBS), que se otorga a las personas que no han podido acceder a una pensión, y por el Aporte Previsional Solidario (APS), un complemento estatal a los jubilados que cotizaron en el sistema de pensiones privatizado que opera en Chile pero que reciben jubilaciones muy bajas.

Subida de los aportes del Gobierno 

Con los cambios presentados por Piñera esta jornada, se elevará un 20 % la PSB que el Estado entrega a casi 600.000 jubilados que forman parte del 60 % más pobre de la población. Actualmente reciben una pensión de 110.000 pesos (unos 151 dólares) al mes. También se incrementará un 20 % el APS, un beneficio que poseen más de 900.000 personas.

Voces en contra y a favor 

En el año 2016, la plataforma «No + más AFP» comenzó una serie de fuertes protestas en todo el país contra el sistema de pensiones de capitalización individual, que periódicamente se han seguido repitiendo. Critican que las AFP invierten en los mercados en busca de rentabilizar sus fondos y obtienen beneficios millonarios, pero no entregan pensiones dignas a los jubilados, que reciben mucho menos dinero del que ganaban cuando trabajaban. Por contra, otras voces sostienen que los sistemas previsionales gestionados por el Estado no son capaces de financiar el futuro y que en algunos lugares, como en Europa, han colapsado, y defienden que el sistema de ahorro obligatorio financia el retiro de los trabajadores sin ir aumentando el déficit fiscal.