Los marcianos invaden las series

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La Fox y la BBC estrenan este mes dos adaptaciones de «La guerra de los mundos»

28 oct 2019 . Actualizado a las 19:15 h.

La ciencia ficción es, en la actualidad, un género consolidado en la literatura, el cine y las series. Los padres fundadores fueron dos autores dotados con el don de la imaginación que protagonizaron un tensa rivalidad, de la que sin duda se benefició el lector: Julio Verne y H. G. Wells. «Verne solía decir que en sus novelas él usaba la física real, mientras que lo que hacía Wells era más bien literatura o fantasía, pero que no se ajustaba a la ciencia», explica el divulgador Sergio L. Palacios.

Verne respetaba tanto el conocimiento científico que incluso anticipó una serie de hitos con la precisión de un cirujano. En la mítica obra De la Tierra a la Luna de 1865 calculó que el viaje hasta el satélite natural llevaría 97 horas; un siglo después, las misiones Apolo le dieron la razón: las naves de la NASA tardaron cuatro días.

Por su parte, Wells encontró en la ciencia ficción un nuevo formato para reflejar la realidad política del momento. «Todo lo que escribía en sus novelas tenía un gran significado social, y le servía para criticar al imperio británico por la manera en que tenía repartidas sus colonias por todo el planeta», sostiene Palacios.

El escritor inglés fue, además, el primero en contar la visita de una civilización extraterrestre a nuestro planeta en La guerra de los mundos, publicada en 1898. «La influencia que tuvo ese libro fue enorme, gracias en buena medida al idioma: mientras Verne escribía en francés, Wells lo hacía en inglés. La historia de los alienígenas tuvo un impacto muy importante en el mundo anglosajón. Todo el cine de ciencia ficción que vino en el siglo posterior acabó siendo una versión alternativa de La guerra de los mundos», asegura.

De alguna forma Wells también es responsable de que la humanidad considere a los extraterrestres una amenaza. Esta visión negativa de nuestros vecinos cósmicos también es un reflejo de la política de la época. «Los invasores representan a los comunistas, que, según los americanos, querían acabar con su modo de vida», explica.

Sin embargo, el mayor embajador de La guerra de los mundos no fue el propio autor de la obra, sino el cineasta Orson Welles, que en octubre de 1934 realizó a través de la cadena CBS una versión radiofónica de la invasión que sembró el pánico entre los americanos, y que arrancaba así: «Señoras y señores, interrumpimos nuestro programa de baile para comunicarles una noticia de último minuto procedente de la agencia Intercontinental Radio. El profesor Farrel, del Observatorio de Mount Jennings de Chicago, reporta que se ha observado en el planeta Marte algunas explosiones que se dirigen a la Tierra con enorme rapidez... Continuaremos informando». Durante la retransmisión se mencionó en varias ocasiones que se trataba de una ficción, pero la línea telefónica de la policía se colapsó y miles de personas abandonaron sus hogares.

El caos que generó el experimento sonoro de Wells debe entenderse en el contexto de la época. Hoy sabemos que Marte es un planeta inhóspito aunque, por entonces, ciertas observaciones realizadas por astrónomos de prestigio como Percival Lowell fomentaron la idea de la existencia de vida en el planeta rojo. Lowell detectó con su gigante telescopio algo parecido a unos canales en Marte y llegó a la conclusión de que habían sido construidos por seres inteligentes para llevar el agua, que escaseaba en la superficie marciana, desde los casquetes polares hasta las regiones desérticas.

Una historia, dos series

La BBC y Fox estrenan este mes dos versiones de La guerra de los mundos. La miniserie de la cadena británica, de tres capítulos, transcurre en la época eduardiana, como la novela original, y narra la historia de una pareja que es testigo del terror desatado por la llegada de los extraterrestres. La Fox apuesta por una versión más moderna y desarrolla la invasión en la Europa actual. La raza humana queda prácticamente aniquilada tras el ataque devastador de los marcianos y los pocos supervivientes se encontrarán un mundo misteriosamente desierto.