La huelga de estudiantes boicotea las clases en seis campus catalanes, a pesar de su escaso seguimiento

La Voz REDACCIÓN

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Quique Garcia | Efe

En la Pompeu Fabra se han producido momentos de tensión entre estudiantes en una de las puertas de acceso entre los favorables a la huelga y los que querían acceder a clase

29 oct 2019 . Actualizado a las 19:49 h.

La tensión que está generando el desafío secesionista también se está trasladando a las aulas universitarias, donde este martes comenzó una huelga indefinida convocada el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans.Tuvo un escaso seguimiento pero que generó momentos de tensión entre alumnos y profesores que pretendían acceder a las aulas y manifestantes que se lo impedían.

El encierro de unos 140 estudiantes en los tres campus de la Universidad Pompeu Fabra, de Barcelona, fue lo más destacado de esta primera jornada de paro, mientras que en la mayoría de los otros centros la normalidad fue la nota dominante.

Fuentes universitarias informaron a Efe de que en la Universidad de Barcelona solo se registró un menor número de estudiantes en la Facultad de Bellas Artes mientras que en el edificio histórico de la plaza Universitat la huelga fue casi imperceptible.

En la UPC se ha producido una situación similar en la ESEIAAT de Tarrasa, con un seguimiento del 60 % de la huelga, y un 20 % y 25 % en la ETSAV de Sant Cugat y la EPSEVG de Vilanova i la Geltrú, respectivamente.

En la Escuela de Ingenieros de Manresa,que depende de la UPC, un grupo de estudiantes pasó la noche del lunes en las instalaciones e impidió el acceso a primera hora de la mañana al resto de alumnos que quería entrar en el recinto.

En la Universidad de Lérida y en la Universidad Rovira i Virgili, de Tarragona y Reus, la normalidad académica ganó el pulso en el primer día de huelga indefinida. En el reverso de la moneda se han situado los campus de la Ciutadella, Poblenou y Mar de la UPF, cerrados a cal y canto por unos 140 estudiantes que lograron impedir la apertura de los centros.

Los estudiantes negocian con varios vicerrectores de la UPF que la evaluación pueda ser única (examen final), una opción que el rector de este centro, Jaume Casals, ya ofreció. La evaluación única se ha convertido en la reclamación estrella de los estudiantes que protestan en la calle por la sentencia del desafío secesionista.