El Valle de los Caídos reabre al público y su prior ruega para que permanezca inviolable

La Voz REDACCIÓN

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Mariscal | Efe

Cerca de un centenar de personas visitan el mausoleo ya sin la tumba de Franco cubierta ahora por piezas de mármol

29 oct 2019 . Actualizado a las 21:04 h.

El Valle de los Caídos reabrió el martes sus puertas. Estaba cerrado desde el pasado 11 de octubre, un día después de que el Tribunal Supremo levantase la prohibición sobre la exhumación de Franco aprobada por el Gobierno. Eran las diez de la mañana. Una hora después, el prior de la abadía, Santiago Cantera, pronunciaba una misa ante cerca de un centenar de personas, entre creyentes, turistas y periodistas. El religioso, que fue candidato de Falange y uno de los que más insistentemente se opuso al proceso de exhumación, aprovechó la homilía para pedir que se alejen del templo «las insidias del enemigo» y rogó a Dios para que «permanezca inviolable». Fue la única referencia desde el púlpito a un largo proceso que finalizaba el pasado jueves, con el traslado de los restos del dictador al cementerio de Mingorrubio.

Ahora, sobre la que fuera la sepultura de Franco, ha desaparecido la losa de granito de 1.500 kilos que se colocó el 23 de noviembre de 1975 durante su entierro. El hueco se ha reemplazado por piezas de mármol negro que se integra en el suelo de la basílica. En total, se instalaron 14 piezas nuevas, ocho más de las que eran necesarias para sustituir la lápida.

La sepultura de Franco, aunque camuflada, es fácilmente identificable porque permanece precintada. Sobre ella se arremolinaron el martes visitantes, curiosos y periodistas que buscaban la foto prohibida por Patrimonio Nacional.

Los primeros turistas la exhumación fueron Rubén y Cristina, una pareja de moteros de Elche (Alicante) que llegaron a la sierra de Guadarrama tras una ruta por otras provincias y desconocían que se reabría el recinto. «Ha sido de casualidad», explicaba Rubén, de 37 años, a Europa Press, y evitó valorar la exhumación del dictador. «Lo que haya ocurrido no lo he vivido y no puedo opinar», se limitó a decir.

Entre los visitantes había muchos extranjeros, y también periodistas, apostados a la entrada de la basílica con las cámaras o sin ellas para acceder al interior y asistir a la primera misa que se ofició en la basílica del Valle de los Caídos sin Franco.