El PSC fuerza a Sánchez a recuperar la plurinacionalidad en su programa

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

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Pedro Sánchez saluda a la presidenta de Baleares, Francina Armengol, antes de ofrecer un mitin este miércoles en Palma de Mallorca
Pedro Sánchez saluda a la presidenta de Baleares, Francina Armengol, antes de ofrecer un mitin este miércoles en Palma de Mallorca CATI CLADERA

La primera versión suprimía incluso la referencia a la mejora del autogobierno catalán

30 oct 2019 . Actualizado a las 21:14 h.

«Las presiones del PSC obligan al PSOE a recuperar guiños al federalismo en el programa». La afirmación no procede de ningún rival de los socialistas, sino que fue escrita por el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, en un mensaje publicado tras la polémica surgida en torno a los cambios introducidos en menos de 24 horas en el programa electoral del PSOE en lo que afecta al modelo territorial. En la primera versión de ese programa, cuyo contenido fue publicado el pasado martes por eldiario.es se habían eliminado todas las alusiones al federalismo y a la plurinacionalidad del Estado español.

Intento de captar votos de Cs

La difusión de ese texto programático antes de su presentación oficial hizo saltar todas las alarmas en el PSC, que forzó a rectificarlo, de modo que finalmente sí incluye referencias a ambas cuestiones, en línea con la declaración de Barcelona pactada en julio del 2017 entre Sánchez y los socialistas catalanes. Con la supresión de las alusiones al plurinacionalismo y a la reforma del modelo constitucional para llegar a un Estado federal, el PSOE pretendía captar buena parte del voto descontento de Ciudadanos.

El texto solo apostaba por «una España fuerte y cohesionada, estructurada a partir de la Constitución y de los Estatutos de Autonomía», sin hacer alusión siquiera a un impulso al autogobierno de Cataluña. Pero, tras las protestas del PSC, se ha incluido un párrafo en el programa en el que se dice que «el PSOE se ha comprometido a las reformas necesarias para un nuevo impulso del autogobierno, luego concretadas en la Declaración de Granada de 2013 y en la Declaración de Barcelona de 2017». Esta última reclama «el reconocimiento de las aspiraciones nacionales de Cataluña» y plantea una reforma de la Constitución que «haga de España un Estado federal» y avance «hasta reconocer plenamente su carácter plurinacional». Un redactado que iba mucho más allá de la llamada Declaración de Granada que los socialistas utilizaban desde hace años como referencia y que se limitaba a una apuesta por el federalismo.

Sánchez: «Era un borrador»

El propio líder del PSOE, Pedro Sánchez, tuvo que salir ayer a dar explicaciones y justificó los cambios introducidos diciendo que el programa que se había filtrado solo 24 horas antes «era un borrador no terminado» y que «por supuesto» el texto final «incluirá la declaración de Barcelona y de Granada». «El PSOE a veces es demasiado transparente», señaló con ironía Sánchez, que dijo entender «el interés por el programa socialista porque es de Gobierno a diferencia del resto de formaciones políticas».

El redactado final del programa, al contrario de lo que ocurría con la primera versión, aleja claramente a los socialistas de Ciudadanos y del PP en lo que afecta al modelo territorial y la respuesta al desafío independentista. Algo que puede complicar el trasvase de votos desde el partido naranja hacia el PSOE el 10N.

El PSOE critica las bajadas de impuestos que plantea el PP y acusa de «dumping» a la Comunidad de Madrid

El PSOE tiene previsto centrar su campaña en tres ejes, que son la apelación al voto útil por la necesidad del desbloqueo político; la posición centrada de los socialistas en torno a la crisis independentista en Cataluña y la reivindicación de la exhumación del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos. Pero los socialistas temen que el PP trate de fijar el debate en el marco económico, muy especialmente en la cuestión fiscal, en donde los populares apuestan por una bajada generalizada de los impuestos. De ahí que el programa del PSOE tampoco mencione explícitamente el incremento de la presión fiscal y se centre en destacar la necesidad de aumentar el «volumen de recursos públicos» y en que estos deben proceder prioritariamente «de la máxima eficacia en el gasto público», aunque sí se apunta, sin concretar, a que quienes disponen de más recursos «deberán contribuir en mayor medida a la garantía de los derechos sociales».

Armonizar sucesión y donación

Pero los socialistas cuestionan no solo las bajadas de impuestos que prometen los populares, sino también aquellas que ya han puesto en marcha en las comunidades que gobierna. El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, abogó ayer por acabar con el «dumping» fiscal de Madrid, es decir, con lo que considera una competencia desleal que, a su juicio, genera un «agujero» que tiene una repercusión «muy negativa» en otras comunidades, que dejan de ser «fuente de oportunidad». Según Sánchez, Madrid se puede «permitir el lujo» de suprimir el impuesto de sucesiones o el de donaciones porque se beneficia del «efecto capitalidad» y porque allí se instalan las grandes empresas. Pero eso, a su juicio, «beneficia sobre todo, a los grandes patrimonios» pero «no a la clase media y trabajadora». «Tendremos que armonizar y acabar con los dumpings fiscales», advirtió. La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, consideró «de extrema gravedad» la acusación de Sánchez y aseguró que busca «dividir» a las autonomías.

El líder del PSOE dio por hecho que los cambios fiscales que plantea no gustarán a las grandes corporaciones, a las que pretende imponer un mínimo del 15 % en el impuesto de sociedades ya que, según afirmó, el tipo efectivo que pagan está «muy por debajo de lo que paga una pequeña o mediana empresa». Se comprometió a no tocar el IRPF, pero solo «para la clase media», porque la ciudadanía está «cansada de ver que aquellos que cobran por la nómina y aquellos que no tributan por rendimientos de capital sean siempre los paganos de las subidas de impuestos».